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¿ Quién puede con República Dominicana?, preguntaba Los Ángeles Times en un artículo el pasado 10 de marzo, apenas horas antes de que la escuadra quisqueyana irrumpiera en la grama del LoanDepot Park para medir fuerzas ante Venezuela en el duelo inaugural del grupo D dentro del quinto Clásico Mundial de Béisbol. Una semana después, justo al instante de darle forma a este texto, ya sabemos la respuesta.

Primero fueron los morochos, cuando en aquel desafío del que hablamos no creyeron en Sandy Alcántara  y su premio Cy Young para acabar imponiéndose con pizarra de 5-1, después o hace poco más de un día, allí en el mismo pedazo de tierra de Florida, el combinado boricua dirigido por Yadier Molina, dispuso del elenco dominicano 5-2 para confirmar la peor noticia…

Diez años después de aquel legendario título en 2013, durante el tercer Clásico Mundial; considerado por muchos como uno de los grandes momentos en la historia del deporte nacional, diez años después de aquella épica, contradictoriamente, tenía lugar uno de los fracasos más sonados de los últimos tiempos, luego que tras perder con Puerto Rico, la tropa de Rodney Linares y Nelson Cruz quedase eliminada en la misma primera ronda del certamen.

La debacle

Nadie lo hubiese pensado, pues tal como lo señalaba el titular de los Los Ángeles Times, parecía un equipo invencible y es que en una nómina en la cual se encuentran figuras del calado del mencionado Sandy Alcántara, además de Cristian Javier, Juan Soto, Manny Machado, Julio Rodríguez y compañía, con una nómina así, era imposible no aspirar a la corona.

Perdieron de la peor manera, luciendo no como un conjunto imbatible, más bien mediocre; sin batear a la hora cero y mostrando falencias en materia de pitcheo, así como en la receptoría.

Sin embargo, más allá del plano meramente competitivo, otro factor importante sobresale en este contexto de crisis y ese que está asociado al nombre del ya mencionado Nelson Cruz.

Para muchos, se trata del gran culpable, el legítimo responsable de que la maquinaria no pudiese funcionar como todos esperaban.

Nelson Cruz, el hereje

Cuentan que en realidad, todo empezó a comienzos de 2022, con el veterano jugador inmerso en el arranque de una nueva zafra en Las Mayores, vistiendo el uniforme de los Nacionales de Washington y aquella propuesta del presidente de la FEDOM ( Federación Dominicana de Béisbol), Juan  Núñez, de que Cruz fuera el gerente de Dominicana rumbo al Clásico Mundial.

Tal como el propio Cruz le contó a ESPN, aquella oferta fue algo no se consumó de inmediato, necesitaba un tiempo y por ende no fue hasta meses después que aceptó y ahí comenzó la debacle, ya que siendo Cruz un jugador activo debía llevar a la par, la temporada con su misión de gerente.

Desde entonces se sucedieron los hechos polémicos y las marcadas controversias, en este sentido comenzando por el nombramiento como dirigente, de un tipo casi desconocido como Rodney Linares, lastrado además por el estigma de la derrota y llegando a hasta la designación de un pelotero ya gastado como Robinson Canó en el cargo de capitán. Los hilos de los acontecimientos fueron dándole forma a un halo de oscuridad que se empezó a ceñir sobre el elenco criollo.

Una deuda eterna

Estaban las ausencias de Vladimir Guerrero Jr, Starling Marte y José Ramírez, pero de igual modo Nelson Cruz confiaba  en el poder y el talento de sus jugadores, simplemente eso no era todo, no lo fue y hoy al pasar la página nos damos cuenta de que muy pocos a estas alturas se acordaban de los problemas de Cruz con las sustancias prohibidas, las consecuentes sanciones y esa mancha que estará para siempre en su hoja de servicios, es de este modo y a lo mejor lo sigue siendo, eso sí, lo ocurrido este miércoles en Miami, la gente lo guardará para siempre en su memoria.

Y en los próximos días, meses y años, hablaran de fatalismo, de mala suerte y mucho más, pero yo, me ciño a pensar que fue la gran oportunidad que perdió un hombre de llenarse de gloria para siempre, cargando una deuda que al parecer nunca podrá saldar.