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El rugido de los Astros de Houston resonó con un eco de triunfo en el Minute Maid Park, en una noche que se convirtió en un capítulo imborrable en la historia del béisbol.

Luego de un inicio desafiante, donde los Astros fueron barridos en sus primeros cuatro encuentros ante los Yankees de Nueva York, las estrellas se alinearon para una redención espectacular. Y qué mejor manera de comenzar a revertir la fortuna que con una actuación magistral en el montículo.

Dos boletos a George Springer, antiguo compañero de Blanco, marcaron el único punto de imperfección en una noche que de otro modo hubiera sido perfecta. Sin embargo, esos dos contratiempos no empañaron el brillo de la hazaña lograda por el lanzador quisqueyano.

Con un total de siete ponches y 107 lanzamientos magistrales, Blanco llevó a los Astros a una victoria aplastante de 10-0 sobre los Azulejos, poniendo fin a la sequía de triunfos y encendiendo la llama de la esperanza en el corazón de los fanáticos de Houston.

La hazaña de Blanco adquiere aún más brillo cuando se considera su relativa juventud en las Grandes Ligas. Con apenas ocho apariciones en el máximo nivel del béisbol, el lanzador se convierte en una leyenda en ciernes, inscribiendo su nombre en la historia de la franquicia y en el panteón de los grandes dominicanos que han dejado una marca imborrable en el diamante.

Desde el año 2019, los Astros han acumulado un impresionante total de seis juegos sin hits ni carreras, una hazaña que pocos equipos pueden igualar. Este logro sobresale aún más en el contexto de la lesión que ha afectado la rotación del equipo, convirtiendo la noche de Blanco en un rayo de esperanza en medio de la adversidad.

El legado de Ronel Blanco se une a una larga lista de dominicanos que han dejado una huella imborrable en las Grandes Ligas. Con su actuación memorable, se suma al selecto grupo de diez lanzadores dominicanos que han alcanzado la cima del montículo sin permitir un solo hit. Un honor que comparte con nombres legendarios y que sin duda lo catapultará hacia la eternidad del béisbol.

En una temporada que apenas comienza, el no hitter de Ronel Blanco es más que una victoria para los Astros de Houston; es un símbolo de perseverancia, talento y la magia eterna que solo el béisbol puede ofrecer.

MLB