El estelar antesalista de los St. Louis Cardinals protagonizó una de las jugadas más espectaculares del año al lanzarse sobre la grada para capturar un foul decisivo, un gesto que no solo ayudó a sellar la victoria, sino que también reveló su disposición a poner el cuerpo por el equipo. Arenado sufrió un golpe en el costado que le quitó el aliento, pero su compromiso lo mantuvo en el campo.

Nolan Arenado ya tenía asegurado su nombre en los libros de historia del béisbol por su excelencia defensiva, pero el domingo 25 de mayo, el antesalista de los St. Louis Cardinals sumó otro capítulo a su leyenda: una atrapada que lo dejó sin aliento, literalmente, pero que también simbolizó el espíritu de lucha que define a los grandes del deporte.

En el noveno episodio de un cerrado encuentro frente a los Arizona Diamondbacks, con corredores en base y el juego en la cuerda floja, Arenado se lanzó a toda velocidad en busca de un elevado de foul conectado por Ketel Marte. Lo que vino después fue cinematográfico: una captura acrobática, una caída aparatosa en la malla cerca de la grada del jardín izquierdo, y una imagen que quedará marcada en la memoria de los fanáticos de los Cardinals. Arenado, tendido en el suelo, rostro hacia abajo y una mano sobre su costado, no celebraba: luchaba por respirar.

El precio del heroísmo

Tras el partido, Arenado reveló que el impacto le afectó la zona del riñón izquierdo y le hizo perder el aliento por un minuto. “Fue bastante fuerte. Nunca había sentido ese tipo de dolor antes. Tuve problemas para respirar por un momento, fue difícil”, confesó ante los medios.

Pese al susto, Arenado permaneció en el juego y recibió tratamiento médico tras finalizar el mismo. “Cuando recuperé el aliento, supe que podía seguir. Todavía estoy un poco adolorido, pero estoy bien”, aseguró.

Su esfuerzo resultó determinante. Apenas un bateador después, el relevista Phil Maton ponchó a Lourdes Gurriel Jr. para sellar la victoria 4-3 y completar la barrida sobre Arizona, la cuarta de la temporada para los Cardinals.

Más allá del bate: el guante como firma personal

Aunque su desempeño ofensivo en 2025 ha estado por debajo de lo habitual —se fue de 4-0 en ese juego—, la defensa de Arenado sigue siendo su carta de presentación. El viernes había conectado un triple que fue clave en la victoria, y el sábado realizó otra gran jugada a la defensiva. El fin de semana fue un recordatorio de por qué el veterano de 33 años es considerado uno de los mejores antesalistas defensivos de todos los tiempos.

El mánager Oliver Marmol no escatimó elogios: “Es un futuro miembro del Salón de la Fama. Uno de los mejores tercera base que ha jugado este deporte, y lo sigue demostrando”.

Con diez Guantes de Oro y ocho participaciones en el Juego de Estrellas, Arenado ya tiene una carrera digna de reconocimiento. Pero él mismo admite que un undécimo Guante de Oro tendría un significado especial. “Me encantaría ganarlo de nuevo. Sería probablemente el más especial de todos”, declaró con emoción.

Una figura clave en la resurrección de los Cardinals

Los Cardinals viven un gran momento colectivo: han ganado 16 de sus últimos 20 encuentros y se ubican con marca de 28-23, pisándole los talones a los Chicago Cubs en la División Central de la Liga Nacional. La contribución de Arenado, tanto en liderazgo como en defensa, ha sido fundamental para revertir un inicio de campaña irregular.

El lanzador veterano Sonny Gray lo resumió en una frase que dice mucho: “Sin su entrega y sacrificio, no estaríamos donde estamos ahora”.

Este repunte de San Luis también ha apagado —al menos por ahora— los rumores de traspaso que rondaban a Arenado al inicio de la temporada. En cambio, la conversación se ha trasladado hacia una posible clasificación a postemporada, donde su experiencia será vital.

Conclusión: un ícono de compromiso

En un deporte cada vez más medido por estadísticas y tecnología, Nolan Arenado nos recuerda que el corazón y la entrega siguen siendo fundamentales. Su jugada del domingo no solo selló una victoria; también inspiró a un equipo que está reencontrando su camino.

Pocos jugadores están dispuestos a sacrificar el cuerpo de la manera que lo hizo Arenado. Y ese tipo de compromiso —ese que literalmente te deja sin aliento— es el que forja leyendas.

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