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Si hay algo de lo que pueden alardear los Cardenales de San Luis es de tener uno de los mejores terceras bases que ha dado el juego en su historia. Nolan Arenado es para muchos el mejor antesalista de la época y con toda razón, pues en lo que a premios defensivos respecta ha arrasado y con el bate tampoco se ha quedado corto. De hecho, hoy volvió a mostrar lo que sabe hacer con el guante y por qué está considerado como un verdadero prodigio del rey de los deportes.

En el encuentro que disputaron los Pájaros Rojos ante los Piratas de Pittsburgh, el diestro realizó una tremenda atajada ante un complicado batazo de Ji-hwan Bae, toletero surcoreano que sacó una conexión que quizás ante cualquier otro defensor hubiera terminado en los jardines.

Con un salto felino y reflejos formidables Nado puso en evidencia lo atlética de su defensa. Era un imparable en toda regla, una bola bien bateada con potencia y quirúrgicamente dirigida que quizás hasta hubiera servido para impulsar a un hombre hasta la registradora, pero no fue así.

La maniobra del cuidador de la esquina caliente de los Cards fue sublime e impidió el daño, más allá de que los suyos acabaron perdiendo por marcador de 5×0 y dejaron su registro aún más desequilibrado, contabilizando 5 triunfos y 7 reveses.