Podríamos comenzar así, Nolan Arenado no tiene nada que demostrar en el béisbol, nada, a sus 31 años es uno de los bateadores más consistentes de todas las Grandes Ligas y no es una cuestión de fe ciega, no, son los hechos traducidos en 276 jonrones y 892 carreras impulsadas al momento de escribir este texto.
En la última década, hay pocos jugadores con la determinación de Arenado en el diamante y menos aún con su mentalidad ganadora, hablamos de un tipo altamente competitivo.
Sin embargo, cada historia, tiene sus propias historias y Arenado no es la excepción no y si hoy todos ven el gran momento ofensivo que vive con los Cardenales de San Luis, pocos podrían imaginar el secreto escondido detrás de esta nueva página de éxito.
La historia
En 2021, Arenado terminó con sus medias tradicionales, las medias ofensivas de Nolan Arenado, de nadie más; dio 34 jonrones, impulsó 105 carreras y ganó su noveno guante de oro.
El tercera base tuvo otro gran año con su nuevo equipo, tras su debut en 2020 durante la temporada acortada por el Covid, pero Nolan no se sentía bien, no estaba cómodo y hace unos días declaró a ESPN que llegó a dudar incluso de su swing.
No todos los atletas llegan a ese punto, lo normal es que con la fama y los triunfos individuales y colectivos, llegué un proceso de acomodamiento y confianza, jamás de autoanálisis y a diferencia de todos, eso fue lo que hizo Arenado, se cuestionó, dudó, volvió a exigirse.
Luego de irse de 4-0 durante el juego de comodines contra los Dodgers de los Ángeles, cuando el cuadrangular de Chris Taylor sepultó otra vez las esperanzas de una Serie Mundial; después de esto Arenado decidió que era momento de hacer un viaje.
El comienzo
El 9 de octubre comenzó todo y en abrir y cerrar de ojos, Nolan Arenado pasó de estar jugando en Dodgers Stadium a estar practicando bateo en el Titleist Performance Institute, un campo poco habitual para la práctica de béisbol en Oceanside, California.
Estaba incómodo, llenó de incertidumbre incluso, aseguró Arenado a la prestigiosa cadena, pues no entendía el porque se sentía un día como el mejor y en minutos esa idea desaparecía.
Y entonces tomó carretera, kilómetros y kilómetros pensando y repensando todo, la mecánica, la actitud mental, el acondicionamiento para la temporada, había buscado un sistema de monitoreo que le permitió definir aciertos y deficiencias en su swing y hacia allí fue.
Hasta un antiguo arte marcial comenzó a practicar en función de potenciar la concentración, añadió cientos de repeticiones a sus sesiones de bateo y más kilómetros en carretera.
El resultado
El resultado no se hizo esperar y a sus 31 años, en esta temporada, Arenado se parece más al jugador que debutó con los Rockies en 2010 que al del año pasado con San Luis.
Su línea de corte al escribir este texto lo ubica otra vez en el top de los bateadores en MLB, 311 de average, con 370 de slugging y 582 de OBP, además de 7 jonrones y 27 carreras empujadas en 32 juegos.
Al respecto, Scott Fricke, entrenador de fuerza de Arenado, aseveró que siempre tiene un apetito insaciable y no busca ser mejor que nadie sino trabajar en su mejor versión.
Fricke alegó que él sabe sobre las expectativas hacia su persona y cuando siente está un poco mal, busca el modo de sacar el extra y siempre se pide más en el entrenamiento.
Y así, siempre con el enfoque puesto en arreglar lo que pocos consideraban roto, Nolan Arenado se ha vuelto a encontrar.