Debutar en las Grandes Ligas debe ser uno de los sueños más grandes, por no decir el que más, que debe tener cualquier muchacho que se inicia en el deporte de las bolas y los strikes. Sin embargo, son solo algunos los que pueden llegar a disfrutar de ese privilegio y menos aquellos que pasados unos años pueden mirar hacia atrás y ver que han construido una carrera sólida como ligamayoristas.
La norma general de este evento, es decir, cuando un joven ve por primera vez acción en el mejor béisbol del mundo, es que su familia y principales allegados lo acompañen en dicho momento, y lo más común es que sea de cuerpo presente desde las tribunas del estadio.
Este es el caso del recientemente ascendido receptor de los Rockies de Colorado Brian Serven, quien ha defendido los colores de los Tigres del Licey en la LIDOM anteriormente y que en el día de ayer tuvo la oportunidad de disfrutar de su primer encuentro como bigleaguer, siendo a su vez titular en la alineación del mánager Bud Black.
Hecho insólito
Como era de esperarse, los padres de Brian estaban ahí para auparlo y vivir con él tan bonita experiencia. Jim y Laura se dieron cita en el Coors Field y vieron cómo los locales derrotaban 5×3 a sus similares de los Gigantes de San Francisco, pero hay más.
El recuerdo no fue lo único con lo que salieron del estadio, sino también con la primera bola que bateó su muchacho en la Gran Carpa. En su primer turno del cotejo, Serven conectó una bola de foul hacia donde estaban sus progenitores y estos lograron atraparla. Al respecto el chico de Palm Desert, California, dijo lo siguiente:
“Es bastante gracioso que ella capturara la primera pelota que conecté en Grandes Ligas. Esa es la historia y no sé si creerla”.
Brian Serven fouled off the 1st pitch of his 1st major league AB. Where did it end up? In the hands of his family watching him play! pic.twitter.com/Bnadf9AcRC
— Colorado Rockies (@Rockies) May 18, 2022
La veracidad de los hechos
Realmente no fue Laura Serven quien cogió la esférica, fue un fanático que estaba cerca de ella y al enterarse de que era la mamá del joven que estaba bateando, se la entregó. A cambio, la seguridad del estadio le entregó al hombre otra bola firmada por Brendan Rodgers. De esta manera, todos quedaron contentos.