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Con un cuadrangular de tres carreras en la novena entrada, Ohtani lideró una remontada épica de los Dodgers ante los Diamondbacks. Su momento decisivo y sus números en ascenso consolidan su estatus como la fuerza ofensiva más temida de la MLB.

En el mundo del béisbol, hay jugadas que quedan registradas como simples estadísticas y otras que se convierten en parte del imaginario colectivo por su impacto emocional y deportivo. La noche del viernes 9 de mayo en el Chase Field de Arizona, Shohei Ohtani ofreció un momento de los segundos: con dos compañeros en base y el juego empatado en la novena entrada, el astro japonés conectó un cuadrangular de tres carreras que selló una victoria electrizante 14-11 sobre los Diamondbacks. No fue solo un batazo; fue un golpe de autoridad, una declaración.

Ohtani, quien ha sido una constante amenaza ofensiva en esta temporada, encontró una recta dividida de 81 mph del relevista Ryan Thompson en la zona más vulnerable del plato: justo en el corazón. No perdonó. El batazo recorrió 426 pies hacia el jardín derecho-central, despertando una ovación que parecía más propia de un estadio de playoffs que de un juego de temporada regular.

Una actuación monstruosa para una estrella en llamas

Pero el batazo de Ohtani fue solo la cúspide de una noche impresionante. El bateador designado de los Dodgers cerró con una línea ofensiva de 3 hits en 6 turnos, incluyendo dos dobles, cuatro carreras impulsadas y dos anotadas. En una ofensiva donde los Dodgers necesitaban cada carrera tras una actuación deficiente del abridor Yoshinobu Yamamoto (quien permitió cinco carreras y duplicó su efectividad), el rendimiento de Ohtani fue la columna vertebral del equipo.

Con este juego, el fenómeno nipón suma 12 cuadrangulares en la temporada —igualando a estrellas como Aaron Judge, Kyle Schwarber y Cal Raleigh en la cima de la MLB— y mejora su línea ofensiva a .304/.408/.655. También lidera las Grandes Ligas en carreras anotadas con 43 en solo 37 juegos.

El factor Ohtani: más necesario que nunca

La ofensiva de los Dodgers ha tenido que adaptarse en los últimos días tras la lesión del jardinero Teoscar Hernández, quien fue enviado a la lista de lesionados con una distensión grado 1 en el aductor. En medio de esa baja sensible, Ohtani ha intensificado su producción, cargando con la ofensiva del equipo en los momentos clave.

Su cuadrangular de la novena entrada no solo fue espectacular, sino oportuno. Minutos antes, Max Muncy había empatado el marcador con un sencillo impulsor. Ohtani no dejó pasar la oportunidad y selló una de las remontadas más vibrantes del año.

Un equipo con aspiraciones serias

Con esta victoria, los Dodgers alcanzaron un récord de 26-13, empatando con los Detroit Tigers como el mejor equipo de la MLB hasta el momento. También se mantienen con una ventaja de un juego sobre los Padres de San Diego en el Oeste de la Liga Nacional. Si bien las lesiones han golpeado el cuerpo de lanzadores, con figuras como Blake Snell y Tyler Glasnow también fuera de acción, los bates siguen respondiendo.

Y en el centro de todo, está Shohei Ohtani.

¿La antesala de una campaña histórica?

Después de haber cambiado la historia del béisbol con su capacidad de dominar tanto desde la lomita como con el bate, Ohtani está escribiendo un nuevo capítulo: liderar a un equipo contendiente mientras se enfoca únicamente en su faceta ofensiva. A juzgar por su producción y su oportunismo, no sería descabellado pensar en una temporada de 50 cuadrangulares y más de 120 carreras impulsadas.

En noches como la de Arizona, queda claro que Ohtani no solo es una superestrella. Es un espectáculo viviente. Un jugador que, cuando pisa el plato en momentos cruciales, convierte la presión en historia. Y los Dodgers, en busca de otro anillo, agradecen tenerlo como su figura central.

¿Podrá Ohtani mantener este ritmo de MVP? ¿Qué impacto tendrá su liderazgo ofensivo en los meses cruciales de la temporada?

MLB