Cuentan los historiadores que aquel era un día frío de comienzos de abril y a pesar de ello, 14 000 almas se dieron cita en el Comiskey Park para disfrutar del Juego Inaugural de la temporada de Grandes Ligas de 1940.
Tal como lo recoge el cronista, Paul Rogers III; los Indios de Cleveland soñaban con una buena campaña, quizás hasta mejor que la de 1939, cuando fueron segundo en la Liga Americana, detrás de los poderosos Yankees de Nueva York de Joe diMaggio y compañía.
Ese día quedaría guardado en los anales del béisbol y el protagonista sería un joven lanzador de solo 21 años…Bob Feller.
La ficha
Para ese entonces, Feller contaba con corta experiencia pero con muy desempeño en las dos temporadas que había jugado, incluso llegaba a ese 16 de abril con el precedente de 24 victorias y 9 derrotas.
Adentrándonos en el juego, tenemos que fue un gran duelo desde el principio entre el zurdo de los Medias Blancas de Chicago, Edgar Smith.
Ambos lanzadores habían adquirido notoriedad en aquel entonces por lo cerrados de los partidos que sostenían y ese no sería la excepción.
Cerrado desde el comienzo
Desde el mismo primer inning el dominio fue palpable y si bien Feller comenzó apoyado en su curva, el fuerte viento lo hizo cambiar la estrategia y se aferró después del segundo inning a su bola rápida, tal como refiere el ya mencionado, Rogers III.
En ese segundo capítulo se dio una jugada que pudo cambiar el hilo de los acontecimientos cuando el jardinero central de los Indios, Roy Weatherly dejó caer una conexión de fly…el tiempo se detuvo dos minutos y hasta la anotación del error, no echó a andar.
A partir de entonces, Feller que no había permitido hits comenzó a avanzar sin tropiezos en el partido y terminó retirando a los 20 bateadores a los cuales se enfrentó.
Una sola carrera
La única carrera del juego llegó en la cuarta entrada cuando el receptor de los Indios, Rollie Hernsle anotó un triple tras largo batazo contra las cercas.
En el último capítulo la gente esperó de pie y entre un sórdido aplauso, Bob Feller sacó los últimos tres outs.
La hazaña
La hazaña del juego sin hits se concretaba y así quedaría hasta nuestros días…como el único desafío con estas características en la historia.
Feller lanzaría tres juegos sin hits en su carrera, así como 12 encuentros más con solo un imparable.
Ochenta y dos años después, a solo horas de otro Juego Inaugural, la hazaña, con toda su épica de vuelve a rememorar, pues estamos hablando del considerado por muchos como el mejor partido de todos los tiempos en una jornada inicial.