Pablo Sandoval es uno de los peloteros más queridos por la organización de los Gigantes de San Francisco y es muy posible que la franquicia inmortalice su número en un futuro.

El antesalista dejó su huella ganando tres Series Mundiales en siete temporadas con el equipo, siendo el Jugador Más Valioso en la final frente a los Tigres de Detroit en 2012.

A pesar de todos los grandes momentos que vivió el venezolano con la escuadra de La Bahía, el pelotero abandonó a la novena luego de ganar su último Clásico de Otoño en 2014 cuando firmó un contrato de 90 millones de dólares por cinco años con los Medias Rojas de Boston.

A ocho años de esa decisión, el “Kung Fu Panda” admitió en una entrevista que cometió un error al marcharse del conjunto de sus amores.

“Debí haberme quedado en San Francisco. Aprendí mi lección. Pero también estoy feliz de haber pasado por eso. Cometemos errores y eso es parte del juego. A veces los fans no se dan cuenta que somos seres humanos y nos equivocamos. Tenemos nuestras vidas y nuestros problemas”, expresó el tercera base a Joseph Bien-Kahn a la revista estadounidense GQ.

En estadía en Boston, el venezolano solo pudo disputar 162 partidos en dos años y medio con los patirrojos y no pudo rendir lo que mostró en San Francisco debido a problemas de lesiones e inadecuado estado físico.

A sus 35 años de edad, el regreso de Sandoval a Las Mayores luce practicamente imposible y se mantiene activo con los Olmecas de Tabasco en la Liga Mexicana de Béisbol.

El oriundo de Puerto Cabello vistió cuatro uniformes en la Gran Carpa, defendiendo a los Gigantes de San Francisco, Medias Rojas de Boston, Guardianes de Cleveland y los Bravos de Atlanta, equipo con el que ganó la Serie Mundial el año pasado.

Jugador histórico de los Gigantes

Junto a Buster Posey, Tim Licecum y Madison Bumgarner, el “Panda” fue parte importante del éxito de los Gigantes desde 2010 hasta 2014, consiguiendo tres Series Mundiales y conquistando el MVP en 2012 ante los Tigres de Detroit. Sandoval conectó tres jonrones en el primero de esa final, dos de ellos frente a Justin Verlander.

En su estadía en las Grandes Ligas, el jugador disparó 153 cuadrangulares, 639 carreras impulsadas, 1.279 imparables, 548 anotadas y dejó un average de .278 de por vida.