Para nadie es un secreto lo mucho que significa Pedro Martínez para República Dominicana, los Medias Rojas de Boston y el deporte del béisbol en general. Por algo su figura está inscrita en el Salón de la Fama de Cooperstown y es uno de los máximos exponentes históricos de la pelota de su país y toda América Latina. Por esa razón, todo lo relacionado a su persona es de interés y acapara las miradas de los entendidos de este juego.
Además de ser un enorme lanzador, el oriundo de Manoguayabo siempre se ha mostrado como alguien ameno y cercano, lo que hace que sea todavía más grande la devoción hacia él ya no solo como atleta, sino como persona.
Eso fue lo que ocurrió hace algunos días en los Estados Unidos, lugar donde tuvo un gesto que seguramente los jóvenesprotagonistas jamás olvidarán.
El mejor regalo de todos
Tan solo imagina este escenario hipotético: eres dominicano, es tu graduación de bachillerato en un país que no es el tuyo y aparece uno de los máximos referentes del deporte de tu patria sentado en medio del acto final. Bueno, parece sacado de un cuento de hadas, pero lo cierto es que tal cual así ocurrió.
Los muchachos de la secundaria Lawrence Public School, contaron con la inesperada visita del 3 veces ganador del premio Cy Young. El hombre que hoy tiene 50 años de edad apareció acompañado de su esposa Carolina y hasta tomó asiento entre los graduados.
Tremendo corazón
Esta no es la primera vez que El Grande tiene un detalle de esta envergadura, ya que es conocido por aportar a la sociedad a través de obras benéficas tanto en Quisqueya como en los Estados Unidos a través su fundación, la cual lleva su nombre y por cierto, tiene una alianza con esta escuela en específico.