Como auténticos parias, por usar un término decente; como auténticos parias han sido tratados los peloteros cubanos que ganaron con los Astros de Houston el título en la recién finalizada Serie Mundial y si bien el acontecimiento no es nada nuevo al día de hoy, pues de sobra es conocida la censura y la inexistente libertad de prensa en la Isla, como sea genera contrariedad, pues hombres que ahora mismo son idolatrados por millones en todo el mundo, por cubanos dentro y fuera del país, esos hombres son opacados como si fueran la peor lacra.
La sinrazón impone sus pautas una vez más y cuando en República Dominicana se habla por todos lados de Jeremy Peña, Framber Valdez y Cristian Javier, cuando eso pasa y ellos son tratados como héroes, en Cuba, ningún medio estatal, de radio, televisión o prensa escrita fue capaz de dedicarle siquiera unos minutos a mencionar el suceso, mientras que miles de cubanos gastaban sus datos móviles para intentar ver a los suyos de alguna manera por internet y ese jonrón descomunal de Yordan Álvarez para decidir el sexto juego todavía emociona a cualquiera, pero el oficialismo no dice nada.
¿Traidores por qué?
Ni Yordan, ni Aledmys Díaz y menos Yuli Gurriel, ninguno ha sido ni será mencionado en ningún canal ni emisora, menos aún en los diarios Granma y Juventud Rebelde; son “traidores”, según muestra la etiqueta de moda esgrimida por la “burocracia estalinista” que rige los destinos de este país y me pregunto, ¿traidores por qué?, ¿por aspirar siquiera a vivir un poco mejor?, ¿por querer probar su talento al primer nivel?; la interrogantes quedan, las dudas aumentan y sé que jamás entenderé, pues en pleno siglo XXI, en la era de internet, no tiene sentido alguno esconder sucesos de este tipo, con cubanos siendo protagonistas.
El absurdo adquiere tal dimensión que cuando el gobierno tiende a censurar y en varios programas deportivos de alcance nacional se editan los resúmenes de partidos donde salen estos peloteros; cuando esto pasa, por otro lado, la gente, el cubano de pie, siempre busca la manera de seguir a sus ídolos, dándose casos incluso de pantallas gigantes en muchos lugares en donde se amplificaba la transmisión por cable de los partidos.
¡Prohibido prohibir!
Las lágrimas del Yuli, ya con su segundo anillo de Serie Mundial y siempre portando la bandera cubana, la emoción contenida de Yordan y Aledmys; son instantes que hablan a las claras de la grandeza de estos hombres que quizás sin saberlo le han regalado a muchas personas la felicidad que en largo tiempo no habían sentido.
Y así es, prohibido prohibir, pues por encima de todos, son cubanos, como yo, como tantos y eso no lo puede cambiar nada ni nadie.
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