En la génesis misma de la ciudad de Nueva York está esa mística propia de las grandes ciudades y tal vez, el fiel reflejo de lo que hablamos se pueda leer en los textos de Washington Irving, ese prolífico escritor de finales del siglo XVIII y comienzos del XIX que recrea también la cultura y por ende las tradiciones de los primeros habitantes de la región allende al río Hudson, en su mayoría holandeses.

Y hay mística y en esta mística la idea de conjuros, de artes oscuras y también cábalas han marcado en buena medida la mentalidad y la conciencia de la gente de Nueva York y el deporte no escapa a ello, menos el béisbol con los Yankees.

El momento

 

En este punto y aterrizando en el contexto actual, con los Bombarderos del Bronx transitando por el peor momento de la temporada, buscando con ansias una solución al desplome ofensivo y hasta la falta de ganas, de salir a jugar siquiera, en medio de esto una interrogante se impone, ¿Que podría cambiar la dinámica de los Mulos?

Y el silencio es atroz, no surgen respuestas concretas, mucho más cuando la salida por lesión del cerrador Clay Holmes agrava la situación de un bullpen bastante endeble, sin hombres importantes como Michael King y Chad Green.

El desplome

Los Yankees andan de capa caída, no solo por los registros negativos después del Juego Estrellas, 7-16 de manera general y 2-8 en los últimos diez encuentros, no, también la falta de argumentos, de estrategias concretas ante las distintas situaciones del juego y tal vez por eso, las noticias sobre un inminente regreso del estelar toletero Giancarlo Stanton, se comience a ver en el universo yankee y más allá, como una especie de salvación o milagro.

Y es real, a sus 32 años, el otrora MVP todavía cuenta con el suficiente aval para ser considerado como un revulsivo, tal como lo muestran sus números, 228 de average, 24 jonrones y 61 carreras impulsadas.

La lógica se impone

Todos saben que Stanton en forma es imbatible, no se hablarían de casi 400 jonrones, quizás estaría sobre los 500 y además de pegarle como pocos, su consistencia única lo hace marcar la diferencia, pero sobre sus hombros, de un modo lógico, no puede caer la responsabilidad de cambiar la imagen de un equipo.

El grupo es importante, como deporte colectivo al fin y se deben armonizar los principales renglones del juego, en particular el pitcheo relevo y el área de bateadores.

Haciendo un paréntesis con el fuera de serie Aaron Judge; todos deben aportar, Gleyber Torres, DJ LeMahieu, Aaron Hicks, Andrew Benintendi y el dominicano Frankie Montas quien no ha podido hacerse justicia con los Mulos en tres salidas.

Como sea la noticia de que Stanton comienza este sábado su asignación de rehabilitación en Ligas Menores, deja buenas sensaciones en la afición, pero hasta ahí.