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El lanzador dominicano brilló con 11 ponches en ocho entradas ante los Rojos de Cincinnati, liderando una contundente blanqueada y reafirmando su valor dentro de una rotación en reconstrucción.
Houston, fe ciega en Blanco: una exhibición de control, potencia y madurez
Ronel Blanco volvió a dar razones por las cuales su nombre debe estar en el radar de los aficionados y analistas del béisbol de Grandes Ligas. El derecho dominicano firmó el domingo una de sus mejores salidas como profesional: ocho entradas de dominio absoluto, 11 ponches —la cifra más alta de su carrera— y apenas un boleto otorgado, guiando a los Astros de Houston a una victoria por blanqueada de 6-0 sobre los Rojos de Cincinnati.
Esta actuación no fue solo una estadística llamativa. Fue un respiro para una rotación que venía golpeada tras una derrota de alto desgaste (13-9) la noche anterior, en la que se utilizaron seis relevistas. Con Lance McCullers Jr. fallando estrepitosamente en su regreso y dejando al bullpen sin margen, Blanco apareció como salvavidas, no solo desde lo físico, sino desde el carácter competitivo.
Una salida histórica y oportuna
La joya de Blanco se convierte en la segunda apertura más larga de su carrera, solo por detrás de aquel inolvidable no-hitter que lanzó el 1 de abril de 2024 frente a los Azulejos de Toronto. Sin embargo, esta salida tiene un sabor especial: fue en un contexto exigente, sin margen para errores, y ante una alineación de Cincinnati que venía conectando bien la bola.
Blanco arrancó el encuentro con dominio total, retirando a los primeros nueve bateadores —seis por la vía del ponche— y mostrando una combinación de recta cortante, cambio y slider que mantuvo desequilibrados a los bateadores rivales. Su única mancha, un boleto en el cuarto episodio, no pasó a mayores. El resto fue poesía en el montículo.
Díaz y Walker se suman al festín ofensivo
Si bien Blanco fue el protagonista desde la loma, el respaldo ofensivo no tardó en llegar. Otro dominicano, Yainer Díaz, fue clave con un cuadrangular de tres carreras en el tercer episodio, dándole a los Astros una ventaja que nunca cederían. Christian Walker también se sumó con dos imparables y tres carreras impulsadas, completando una ofensiva que no perdonó al joven Connor Petty, quien permitió seis hits y cuatro carreras con seis boletos en apenas tres entradas y un tercio.
Isaac Paredes, el mexicano en la alineación de Houston, también aportó al sumar un hit y anotar una carrera, mientras que el torpedero dominicano Jeremy Peña agregó un sencillo y una anotada, confirmando que la base latina del equipo sigue siendo un eje fundamental del engranaje ofensivo.
Ronel Blanco: ¿pieza fija en el futuro de los Astros?
Este tipo de actuaciones refuerzan el debate sobre el rol de Blanco dentro del cuerpo de lanzadores de Houston. A sus 30 años, y luego de un ascenso no lineal dentro del sistema de Ligas Menores, el dominicano ha demostrado madurez, consistencia y, sobre todo, nervios de acero en momentos clave.
Con una rotación diezmada por las lesiones y el rendimiento irregular de algunas de sus piezas, Blanco está ganando terreno como uno de los brazos más confiables. Su foja de 3-3 puede parecer modesta, pero no refleja el impacto real que está teniendo. Sus números avanzados revelan un dominio creciente en ponches por entrada, eficiencia en conteos y habilidad para limitar el daño.
Más que una victoria: una señal de esperanza
La victoria del domingo no solo pone a Houston de nuevo en carrera en su división, sino que ofrece un rayo de estabilidad en medio del vaivén que ha sido su inicio de temporada. La blanqueada ante Cincinnati se convierte en una inyección de confianza para un equipo que aún busca reencontrarse con su mejor versión.
Ronel Blanco, con la serenidad de un veterano y el hambre de un novato, se perfila como uno de los pilares en esa búsqueda. Y como bien lo demostró frente a los Rojos, cuando su brazo está encendido, los Astros se sienten nuevamente como un contendiente serio.
Próximos retos
Con la serie ante Cincinnati ya en el bolsillo (2-1), los Astros se preparan para enfrentar nuevos desafíos, y Blanco ha dejado claro que quiere más. El dominicano no solo está en gran forma; está construyendo su propio legado dentro de una franquicia que sabe lo que es ganar.
La temporada es larga, pero si hay algo que no se compra ni se entrena, es la confianza. Y en estos momentos, Ronel Blanco se ha ganado a pulso la de sus compañeros, su manager… y su fanaticada.