Como salida de una de las historias de la Divina Comedia de Dante, la trama alrededor de Ryan Weber adquiere tintes melodramáticos, trágico, cómico, trágico otra vez y así hasta dar la impresión de se esta dando vueltas en círculos y siempre se vuelve al mismo lugar y Weber volvió.

Y pudiera ser así pero no, más bien la historia de Weber es otra de esas buenas historias americanas y Ryan Weber una especie de alter ego de Teodore Dreiser y David Sallinger y Aulster; otro de esos tipos duros que se enfrentan a todos y sin ayuda ganan…

Los Yankees lo habían puesto en asignación horas después de ser llamado a Grandes Ligas y Weber no lo había hecho mal, no, había trabajo por espacio de tres entradas frente a los Rays, sopesando un cuadrangular, pero mostrándose determinante en el montículo, igual nos sirvió y fue practicamente desechado.

Debió ser pero no

Y todo parecía indiciar que el divorcio se consumaba de manera definitiva pues el experimentado serpentinero de 31 años no contaba con el visto bueno para establecerse de modo definitivo en Grandes Ligas, pero no, los Mulos lo volvieron a firmar, enviándolo a triple A Scranton/Wilkes-Barre.

Weber siguió haciendo un buen trabajo en la sucursal de los Bombarderos, tal como lo reflejan sus guarismos, 2,55 de efectividad en 24,2 tercios de actuación.

Regresa a lo grande

En este contexto la mejor noticia para Weber es que los Yankees lo han vuelto a llamar al equipo grande, en sustitución de JP Sears, el lanzador zurdo que vio acción el día ayer ante los Atléticos de Oakland.

Desde su debut en Grandes Ligas, allá por 2015 con los Bravos de Atlanta, Weber ha sumado entradas en cada una de las temporadas que han transcurrido desde entonces y esta experiencia lo hacen una pieza interesante para suplir algún que otro vacío en la parte de atrás de la rotación yankee.

De manera general, en toda su carrera, Ryan Weber suma 170,2 tramos de actuación con una efectividad de 5,22.

Como sea Weber sigue buscando y tratando de encontrar su mejor versión.