Su caso es muy conocido, Pete Rose, el rey del hit en Grandes Ligas tuvo una carrera histórica como jugador, ganando múltiples premios, logrando varios récords y siendo parte de tres Series Mundiales con la novena de los rojos de Cincinnati, sin dudas una carrera digna del Salón de la Fama.

Empezó a dirigir en 1984 aun siendo jugador hasta que, en 1988 con 48 años de edad, formó parte de uno de los capítulos más polémicos en las Grandes Ligas, recibiendo una sentencia que lo suspendió de por vida de la MLB, acusado de apostar en partidos de la liga cuando era activo en ella, lo que impidió que, a pesar de contar con los méritos, pudiera ser un inmortal de Cooperstown.

El 24 de agosto de 1989, Pete Rose aceptó ser parte de la lista de suspendidos de por vida, en lo que se presume fue un “acuerdo” para que la liga no investigara más. Si bien siempre quedó latente la duda si en verdad había apostado incluso a favor de que su propio equipo ganara siendo jugador y manager. Durante casi 15 años negó las acusaciones en su contra, hasta que publicó su autobiografía  My Prison Without Bars  en enero de 2004 y finalmente se sinceró sobre sus apuestas.

Hoy en día hay un sector que cree que Rose cumplió su sentencia, se basan en el escándalo de esteroides y el robo de señas de los Astros de Houston y otros equipos, pues indican que, en ambos casos, el castigo ha sido menor que con Rose.

Recientemente, el exjugador formuló una petición para gestionar su reintegración con la liga y el Salón de la Fama, basándose en los castigos impuestos a la organización de Houston. Pero no es la primera vez que el expelotero firma una solicitud para su reincorporación al baseball. En 2015 hizo lo mismo, aunque su aplicación fue rechazada por Manfred.

Puede que sus clamores pronto sean escuchados y es que la semana pasada, Charlie Blackmon, jugador de los Rockies de Colorado, firmaba un acuerdo con la empresa MaximBet, donde se convirtió en el primer jugador activo de béisbol de las Grandes Ligas en firmar un acuerdo de patrocinio con una casa de apuestas deportivas.

Esto es posible gracias al nuevo contrato colectivo de trabajo del béisbol (CBA) que puso fin al cierre patronal de esta primavera, aprobándose una nueva política donde un jugador de Grandes Ligas puede respaldar las apuestas deportivas en general, aunque “no puede promover las apuestas en el béisbol” específicamente, algo que puede leerse como una ambigüedad.

El acuerdo entre Blackmon y MaximBet es el ejemplo más reciente de la adopción por parte de MLB del mercado de apuestas deportivas legales en expansión en los Estados Unidos. En una entrevista reciente en SportsCenter, el comisionado de la MLB, Rob Manfred, promocionó el futuro de las apuestas en el béisbol.

“Lo vemos principalmente como una forma de aumentar la participación de los fanáticos. Es una forma adicional para que nuestros fanáticos interactúen con el juego”, dijo Manfred.

En su ultima carta, Rose alegó que no puede haber una serie de reglas para él y otra para los demás. Ningún parámetro objetivo o categorización de las violaciones reglamentarias cometidas por él pueden discernir sus violaciones de aquellas que han incurrido substancialmente en castigos de menor severidad por la Major League Baseball”, argumenta el texto del seleccionado en 17 ocasiones como All Star.

No me mal interpreten, pero posiblemente, lo realizado por Rose se vio amplificado por ser el primer gran caso de trampa en MLB, desde lo realizado por el equipo de los Medias Blancas de Chicago, en la segunda década del siglo pasado. MLB ya dio un paso aceptando que sus jugadores sean figuras de las apuestas, así que es cuestión de tiempo que las reglas cambien y el veto a Rose finalice.

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