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El béisbol ha sido un deporte en el que la historia y la moral se entrelazan de maneras complejas. Alex Rodríguez y Manny Ramírez, dos de los jugadores más emblemáticos y talentosos de su generación, son ejemplo de ello. Ambos, considerados entre los mejores en sus respectivas épocas, enfrentan un destino incierto en su camino hacia el Salón de la Fama de Cooperstown.
Con números que los colocan entre los más grandes del deporte, pero con escándalos relacionados con el uso de sustancias prohibidas, la pregunta persiste: ¿la historia los absolverá en sus últimos intentos?
El tiempo se agota
Manny Ramírez está en su noveno y penúltimo año de elegibilidad en las boletas, mientras que Alex Rodríguez enfrenta su cuarta oportunidad. Según los resultados preliminares, ninguno parece estar cerca del 75% necesario para la inducción: Alex cuenta con un 46% de apoyo y Manny un 42%, tras el conteo inicial de un 26% de las boletas públicas.
La situación de Ramírez es particularmente delicada. Si no logra la elección este año o el próximo, dependerá del comité de veteranos, un grupo con criterios distintos que, históricamente, no ha mostrado mucha indulgencia hacia casos relacionados con dopaje.
Por su parte, Alex Rodríguez aún tiene tiempo, pero los precedentes y las tendencias indican que su situación no será fácil de revertir.
Cifras que deslumbran
Es innegable que las credenciales de ambos jugadores son extraordinarias.
Alex Rodríguez
- 696 jonrones (cuarto en la historia).
- 2,086 carreras impulsadas (tercero en la historia).
- 14 veces All-Star.
- 3 premios MVP (2003, 2005, 2007).
- 10 Bates de Plata.
Manny Ramírez
- 555 jonrones.
- 1,831 carreras impulsadas.
- 12 veces All-Star.
- 9 Bates de Plata.
- 2 campeonatos de Serie Mundial con los Medias Rojas (2004 y 2007), siendo clave en la histórica remontada de 2004.
En cualquier otra circunstancia, estos números serían suficiente para una entrada automática al Salón de la Fama. Sin embargo, las manchas en sus trayectorias han desviado el enfoque de sus logros a sus errores.
El peso del dopaje en sus carreras
La historia de ambos jugadores con el uso de sustancias prohibidas es un punto de inflexión en sus candidaturas.
Manny Ramírez
- Dio positivo en 2009 mientras jugaba con los Dodgers.
- En 2011, mientras estaba en los Rays, fue suspendido nuevamente por testosterona. Para evitar una sanción de 100 juegos, optó por retirarse momentáneamente.
- A pesar de los intentos de redimirse y volver al béisbol, las dudas sobre su legado persisten.
Alex Rodríguez
- Fue suspendido por 211 juegos en 2013, el mayor castigo en la historia de la MLB, tras el escándalo de Biogenesis.
- Admitió el uso de esteroides a principios de los 2000, pero negó haberlos utilizado después de 2003, aunque las evidencias sugerían lo contrario.
Ambos casos representan el conflicto más profundo en el béisbol moderno: ¿cómo tratar a los jugadores cuyos logros están indisolublemente ligados al dopaje?
El juicio de la historia
La comparación con otros jugadores ayuda a entender el panorama. Barry Bonds y Roger Clemens, dos figuras igualmente marcadas por el dopaje, nunca lograron entrar al Salón de la Fama a pesar de sus cifras históricas. Ambos fueron descartados tras 10 años de elegibilidad.
Sin embargo, otros, como David Ortiz, lograron superar el estigma, aunque con circunstancias distintas. Ortiz, a pesar de un informe que lo vinculaba al dopaje, fue elegido en su primer año, gracias a su carisma, legado de liderazgo y momentos icónicos en postemporada.
¿Pueden Alex y Manny seguir el ejemplo de Ortiz? La respuesta parece depender menos de sus números y más de cómo los votantes perciban su arrepentimiento, impacto cultural y su aporte al béisbol más allá de los escándalos.
¿Merecen ser perdonados?
El debate sobre si Rodríguez y Ramírez merecen entrar a Cooperstown trasciende el ámbito deportivo. ¿Debe el Salón de la Fama reconocer únicamente el talento en el terreno de juego, o también juzgar el carácter y la integridad de los jugadores?
Para muchos, la respuesta es clara: no se puede ignorar el contexto ético y moral. Sin embargo, otros argumentan que el dopaje fue una realidad extendida en su época y que negarles un lugar es, en última instancia, negar una parte de la historia del béisbol.
El tiempo dirá
Con el anuncio de los votos programado para el 21 de enero, el destino de Alex Rodríguez y Manny Ramírez sigue en manos de los escritores. Si logran o no superar el umbral del 75% dependerá de cómo los votantes balanceen sus logros y sus errores.
Lo que es indudable es que ambos han dejado una huella indeleble en el béisbol. Independientemente de si logran o no entrar a Cooperstown, sus nombres seguirán siendo parte de las conversaciones sobre los mejores jugadores de todos los tiempos… y sobre las lecciones que el deporte puede ofrecer sobre talento, redención y responsabilidad.