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La Serie de Titanes, que enfrenta a los dos equipos más emblemáticos del béisbol dominicano, las Águilas Cibaeñas y el Licey, siempre genera grandes expectativas. Sin embargo, la segunda edición del evento, a celebrarse en Nueva York, está marcada por una controversia que trasciende el terreno de juego. Una inesperada exigencia de US$50 mil por parte del equipo Licey para compensar la falta de un vuelo chárter ha encendido los ánimos, en una disputa donde participantes jugadores, directivos y organizadores del evento.
La Controversia del Vuelo y la Compensación Económica
A un día de jugarse el primer partido de la serie en el Citi Field, surgió una situación tensa entre el capitán del equipo Licey, Emilio Bonifacio, y la empresa organizadora Latin Events, de Félix Cabrera. Según fuentes confiables, el conflicto gira en torno a una demanda de US$50 mil adicionales, con la cual los jugadores exigen ser compensados por haber viajado en un vuelo comercial en vez de en un charter, como originalmente se estipulaba en el contrato.
El presidente del Licey, Ricardo Ravelo, confirmó que la razón de la solicitud fue el cambio en el tipo de vuelo, una modificación que, para el equipo, afecta las condiciones en que los jugadores llegan a un evento de alta magnitud. Para algunos, esta exigencia representa una búsqueda de equidad y justicia en las condiciones de viaje de los atletas, mientras que otros ven en la solicitud una muestra de oportunismo y falta de profesionalismo. La controversia también expone las complejidades que conlleva organizar eventos internacionales en los que participantes figuras de renombre, cuya experiencia y comodidad afectan su rendimiento en el campo.
El Papel de Bonifacio como Capitán y la Responsabilidad de los Directivos
En medio de la polémica, Emilio Bonifacio ha asumido el rol de portavoz de sus compañeros. Como capitán, Bonifacio se ha encargado de transmitir la insatisfacción del equipo ante lo que considera una falta de cumplimiento del contrato. Su liderazgo, sin embargo, está siendo cuestionado, ya que algunos consideran que el capitán debía haber manejado la situación de una manera más interna, para evitar una posible distracción en vísperas del importante partido.
Por otro lado, las declaraciones de Ravelo intentan justificar el pedido adicional de dinero como una forma de asegurar el bienestar del equipo en condiciones cambiantes. Sin embargo, Latin Events, la empresa organizadora, ha evitado realizar declaraciones oficiales, lo que deja a muchas con preguntas sobre la logística y la gestión del evento. La decisión de Ravelo de transferir el dinero directamente a los jugadores, sin involucrar a la Federación Nacional de Peloteros Profesionales (FENEPEPRO), también despierta interrogantes sobre los protocolos y acuerdos existentes.
El Silencio de las Águilas y el Impacto en la Imagen del Evento
Mientras Licey ha expresado abiertamente sus exigencias, el equipo Águilas ha mantenido una postura discreta y hasta ahora no ha solicitado compensación alguna por el cambio de vuelo. Esta diferencia de actitud refuerza la percepción pública de que el equipo de Santiago está más concentrado en el juego y menos en los temas económicos, lo cual podría ganarles simpatía entre los aficionados.
No obstante, la situación general presenta un riesgo para la imagen de la Serie de Titanes. Si bien el evento es una oportunidad para que la diáspora dominicana en Estados Unidos disfrute de su deporte y cultura, estos conflictos extradeportivos amenazan con opacar el espectáculo. Los aficionados, que ansían ver a sus ídolos enfrentarse en el Citi Field, pueden percibir esta situación como una falta de respeto hacia el público y una muestra de las dificultades en la organización de eventos de esta magnitud.
Impacto Económico y las Expectativas de Asistencia
Además de las disputas por la compensación, otro tema clave es el éxito financiero del evento. Las expectativas de venta de entradas han sido menores que el año anterior. Según informes, hasta la fecha solo se han vendido 13 mil boletos, una cifra significativamente inferior a los casi 30 mil que se vendieron en el primer partido del año pasado. Esta baja venta podría agravar las pérdidas económicas de un evento que ya enfrenta altos costos, especialmente en la contratación de artistas como Fernando Villalona y Toño Rosario, cuyo presupuesto sobrepasa el millón de dólares.
La espera organización que la presencia de estos artistas logre captar mayor asistencia, pero la falta de una sólida estrategia de marketing ha limitado la visibilidad del evento. Si bien la nostalgia y el amor por el béisbol son fuertes entre la diáspora, el público necesita ver un espectáculo que ofrezca calidad y seriedad tanto en el campo como fuera de él.
¿Es la Serie de Titanes un Evento Sostenible?
La Serie de Titanes es, sin duda, un evento único que en teoría debería promover la unidad y la pasión por el béisbol dominicano en un escenario internacional. Sin embargo, el incidente con Licey y sus exigencias ponen en duda la sostenibilidad del proyecto a largo plazo. La falta de claridad en los acuerdos logísticos y la injerencia de intereses económicos ponen en riesgo la continuidad de esta serie, que podría perder su atractivo si los conflictos internos no se gestionan de manera profesional.
A medida que se aproxima el primer lanzamiento en el Citi Field, el interrogante es si los equipos y organizadores lograrán dejar atrás las controversias y enfocarse en brindar un espectáculo digno para los miles de fanáticos que, a pesar de todo, siguen confiando en el potencial. de este evento. Solo el tiempo dirá si la Serie de Titanes puede consolidarse como una tradición o si sucumbirá ante los problemas organizativos que la acechan.