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La reciente declaración de Antonio Flores Galarza, presidente de la Liga de Béisbol Profesional Roberto Clemente (LBPRC) de Puerto Rico, sobre su desconocimiento de la celebración de la Serie Titanes del Caribe en la isla, ha generado polémica en el ámbito deportivo del Caribe. Flores Galarza admitió haberse enterado por los medios de prensa de que el evento, protagonizado por los Tigres del Licey y las Águilas Cibaeñas, se llevaría a cabo en su país en diciembre, en fechas coincidentes con el Juego de Estrellas puertorriqueño. Esta falta de coordinación plantea interrogantes sobre la planificación y el respeto a las instituciones locales, al tiempo que evidencia una posible desconexión entre las organizaciones de béisbol de la región.

La sorpresiva noticia para Puerto Rico: ¿Falta de comunicación o desconsideración?

La Liga de Béisbol Profesional Roberto Clemente es la máxima autoridad del béisbol en Puerto Rico, con décadas de tradición. Que su presidente, Flores Galarza, se haya enterado del evento por un recorte de prensa muestra una evidente falta de comunicación entre las entidades organizadoras de la Serie Titanes del Caribe y la liga puertorriqueña. Según el propio Flores, nadie de los organizadores se acercó a la Liga de Puerto Rico para formalizar un acuerdo o coordinar los detalles de la serie, lo cual resulta inaudito considerando la envergadura del evento y la logística que requiere.

Esta falta de coordinación refleja una preocupante desconexión entre las organizaciones de béisbol del Caribe, lo cual no solo pone en duda el compromiso de estas entidades con la transparencia, sino que además podría llegar a afectar la imagen del evento ante los fanáticos locales e internacionales. La Serie Titanes del Caribe, que involucra a dos de los equipos más icónicos de la Liga Dominicana de Béisbol (LIDOM), debería contar con el respaldo y la aprobación de las organizaciones de los países donde se llevará a cabo.

Un choque de fechas con el Juego de Estrellas: ¿Competencia desleal?

La situación se complica aún más por la coincidencia de fechas entre la Serie Titanes del Caribe y el tradicional Juego de Estrellas de la Liga Roberto Clemente, previsto para el 8 de diciembre. Aunque los organizadores de la serie planificaron el evento para el 7 y 8 de diciembre, días en los que la liga puertorriqueña descansa, la superposición de fechas puede dividir la atención del público y restar protagonismo a uno de los eventos más importantes en el calendario del béisbol puertorriqueño.

El Juego de Estrellas es una tradición que permite a los fanáticos puertorriqueños ver reunidos a sus mejores jugadores, además de ser un evento de orgullo nacional. La Serie Titanes del Caribe, aunque interesante y atractiva, parece no haber tomado en cuenta el impacto que su realización podría tener en la organización local. Para muchos, este choque de fechas es un reflejo de la falta de consideración hacia la cultura deportiva de Puerto Rico y su calendario interno.

El silencio de los organizadores dominicanos y el rol de la Liga de Béisbol Profesional de Puerto Rico

Otro aspecto que ha causado revuelo es la respuesta de la LIDOM, cuya directiva ha optado por un silencio en cuanto a los detalles de la coordinación con la Liga Roberto Clemente. Aunque el presidente de LIDOM, Vitelio Mejía, afirmó que se han tomado las medidas necesarias para el evento, sus declaraciones no especifican si hubo una comunicación formal con la liga puertorriqueña. Esta ambigüedad genera más preguntas que respuestas y deja a la afición y a las instituciones puertorriqueñas en la incertidumbre.

Por otro lado, el presidente de la Asociación de Peloteros del Caribe, Yamil Benítez, también expresó su sorpresa ante el evento, lo cual evidencia una desorganización en el plano regional y un posible desinterés de los organizadores de la serie en contar con el respaldo total de las instituciones caribeñas.

¿Una oportunidad perdida para el béisbol del Caribe?

La Serie Titanes del Caribe podría representar una excelente plataforma para fortalecer los lazos entre las ligas caribeñas, promover el béisbol regional y mostrar la hermandad deportiva que une a estos países. Sin embargo, la falta de una coordinación adecuada con las instituciones de Puerto Rico amenaza con convertir este evento en un símbolo de desorganización y falta de respeto hacia las tradiciones locales.

Este tipo de situaciones podría evitarse con una comunicación abierta y transparente entre las ligas, además de una planificación que tenga en cuenta no solo los intereses comerciales, sino también las tradiciones y eventos de cada país. Si bien la Serie Titanes del Caribe tiene el potencial de ser un espectáculo de gran envergadura, la falta de consenso y de coordinación con la Liga Roberto Clemente empaña su realización y puede incluso afectar la percepción del evento por parte de la afición puertorriqueña.

Reflexión final: La necesidad de una colaboración respetuosa entre las ligas caribeñas

Este suceso debería servir de lección para las organizaciones de béisbol del Caribe, que tienen en sus manos la responsabilidad de mantener y promover un deporte que es pasión compartida en toda la región. Si bien es evidente que los intereses comerciales juegan un papel importante, no se debe dejar de lado la importancia de trabajar juntos para fortalecer el béisbol en el Caribe, respetando las tradiciones y los eventos que forman parte de la identidad cultural de cada país.

La Serie Titanes del Caribe tiene la oportunidad de ser un evento memorable y de unir a los fanáticos de Puerto Rico y República Dominicana. Sin embargo, para lograrlo, es necesario que los organizadores escuchen las inquietudes de las instituciones locales y tomen en cuenta la importancia de la colaboración y el respeto hacia las ligas y su afición. Solo de esta manera podrán convertir este evento en un auténtico homenaje al béisbol del Caribe y en un paso hacia una mayor unidad regional en el deporte.