Your browser doesn’t support HTML5 audio
En las Grandes Ligas existen diversas particularidades contractuales que muy pocos fanáticos conocen y toman en cuenta. Usualmente la gente cree que todo el dinero que se coloca en los acuerdos legales se paga en los años que el vínculo entre peloteros y clubes es visible sobre los terrenos. Sin embargo, nada más alejado de la realidad.
Lo cierto es que la figura de los salarios prorrateados existe y a veces, una buena parte de la torta los atletas la reciben muchos años después de desvincularse de las novenas, incluso ya estando retirados de la actividad deportiva.
Por esa razón, hoy queremos hacer un repaso rápido por las figuras que fueron rimbombantes en el pasado y que, gracias a eso, todavía se lucran de su increíble talento, más allá de que sus años como jugadores hayan terminado.
Las leyendas aún facturan
El primero de quien tenemos que hablar y el más sonado de todos es sin dudas Ken Griffey Jr. La leyenda de los Marineros de Seattle y los Rojos de Cincinnati escribió una de las páginas más increíbles del béisbol de la Major League Baseball en los años 90s, siendo probablemente el toletero más constante en su rendimiento en esa época, así como también un verdadero prodigio de la defensa y del bateo.
A pesar de haberse retirado en el 2010, el menor de la familia Griffey cobra 3.59 millones por año a día de hoy gracias al convenio firmado hace 14 años con los Reds. No obstante, no es el único en esta condición.
Otro caso similar es el de Chris Davis, quien se marchó de los diamantes en el 2020, pero cobrará con los Orioles de Baltimore hasta el 2037. El monto se irá reduciendo paulatinamente, pero en este 2023 fue de 9.1 millones.
Aun así, el caso de Bobby Bonilla es el más asombroso. En 2011 acordó con los Mets de Nueva York y los propios Orioles diferir un contrato por 29.8 ‘melones hasta el 2035 y cada campaña recibe 1.69 millones. Por eso, algunos fanáticos llaman el 1 de julio, la fecha en la que cobra, el Día de Bobby Bonilla.