Los Piratas de Pittsburgh han tenido, como era de esperarse, otra temporada espantosa a nivel colectivo. En este momento cuentan con récord de 44 victorias y 66 derrotas y se hallan desahuciados ocupando el último lugar de la División Central de la Liga Americana. Ayer cayeron por pizarra de 6×4 frente a los Cascabeles de Arizona en un juego donde lucharon hasta el final, pero como ha sido la tónica de su campaña, no fue suficiente.
Sin embargo, alcanzamos a ver uno de los momentos más raros de toda la fase regular. No hablamos de algo deportivo, sino más bien de un hecho curioso que seguramente le dará la vuelta al mundo y será recordado por mucho tiempo debido a lo inverosímil que es.
Se trata de la carrera por las bases del dominicano Rodolfo Castro, quien ayer fue el encargado de defender la segunda base de la tropa bucanera y se fue de 3-0 con el madero, pero que logró ponerse en circulación gracias a una base por bolas.
Teléfono al aire
Corría la parte alta de la cuarta entrada en el Chase Field, casa de los Diamondbacks, cuando después de colgarse 2 outs en la pizarra el hombre que en su país defiende los colores de los Toros del Este llegó a la caja de bateo. Allí negoció pasaporte hacia la primera almohadilla.
Llegó entonces el turno para el novato Oneil Cruz, quien con un sencillo hacia el jardín central movió a Castro a la antesala, justo el lugar donde ocurrió la rareza. Resulta que Rodolfo se lanzó de cabeza para entrar más cómodo a la base y como era de esperarse llegó a salvo. Lo extraño fue que en ese preciso instante algo saltó de su bolsillo: ¡Su teléfono celular!
Sí, el hombre había estado todo ese tiempo con el móvil encima, algo que según se entiende está prohibido por los propios equipos, pero que a juzgar por las imágenes, queda claro que no todo el mundo respeta, o bueno, al menos no Rodolfo Castro.
Sin dudas, una situación embarazosa y muy pero que muy difícil de volver a ver.