La última vez que vimos a un equipo de Nueva York jugar beisbol fue en la parte alta de la novena entrada,  en el juego de comodines entre los Yankees y los Medias Rojas en Fenway Park, el martes 5 de octubre por la noche donde $324 millones no sirvieron de nada. Gerrit Cole, el tipo que iba a poner a los Yankees de nuevo en la cima, la pieza que faltaba, no logró salir de la tercera entrada.

Garrett Whitlock, un niño que los Medias Rojas robaron en el Draft de Regla 5 a los Yankees, hizo que Aaron Judge se quedara corto en un juego 6-1 antes de que Giancarlo Stanton conectara un jonrón en tiempo de basura. Entonces Joey Gallo, quien se suponía iba a ser otro gran game changer para los Yankees, falló con un elevado al jardín derecho, Gleyber Torres hizo lo mismo y la temporada de los Yankees terminó, esta vez antes de que pudieran llegar a la Serie Divisional.

Los Mets ni siquiera llegaron tan lejos. Pero eso fue entonces. Ahora es diferente..

Ahora los Mets tienen al dueño más rico del deporte en Steve Cohen, alguien a quien los jugadores aman y muchos otros dueños en el béisbol odian por la forma en que gasta el dinero. Los Mets acaban de contratar a un viejo mánager de los Yankees y futuro salón de la fama llamado Buck Showalter. Además, tienen en Jacob deGrom y Max Scherzer la mejor dupla de picheo de MLB.

Ayer consiguieron en cambio a Chris Bassit, quien posee uno de los stuff más amplios de MLB y que fue top 10 en la votación para el Cy Young de la Liga Americana tanto en 2020 como en 2021. Los Mets no solo tienen la mejor dupla, tienen el mejor trio de picheo de todo el beisbol. Por su lado, los Yankees no tienen un abridor #2 infalible detrás de Cole.

Desde la llegada de Cohen, los Mets han comprometido $650 millones en Lindor, Scherzer, Marte, Cahna, Escobar y Bassit y según el flamante dueño del equipo superar el cuarto umbral del impuesto de lujo ($290 millones) es muy probable.

Mientras tanto, los Yankees están con los brazos cruzados aún y cuando existen dudas con su receptor, campocorto, primera base, centerfield y rotación.

Brian Cashman necesita necesita tomar decisiones sobre cómo superar a los Rays, Blue Jays, Medias Rojas y sobre todo descubrir como no dejarse robar el protagonismo de la ciudad ante los Mets. Los Mets tienen la mejor rotación, receptor, primera base, campocorto, tercera base, jardinero central y profundidad en la banca de New York. Mientras, los Yankees tienen el núcleo con mas interrogantes posiblemente del beisbol: “¿Luke Voit volverá a su versión del 2019?, ¿DJ LeMehieu y Gleyber Torres recuperaran su mejor versión?, ¿Puede Gio Urshela ser el SS de todos los días de un equipo contendor?, ¿aprovechará Gary Sánchez su última oportunidad?, ¿Cómo le ira a Luis Severino en la rotación tras tres años desde su última apertura?” Mientras se responden todas esas preguntas, lo que si sabemos es que los ponches, el lento corrido de las bases y una pobre defensa esta garantizada.

Hubo un tiempo en que los Giants de la NFL se convirtieron en el equipo más importante de la ciudad, cuando con Eli Manning ganaron un segundo Super Bowl ante Bill Belichick y un tal Tom Brady.

El béisbol no tiene el dominio en EEUU que alguna vez tuvo. Todo el mundo sabe qué la atracción principal es el fútbol americano. Sin embargo, el béisbol sigue siendo el rey de Nueva York, en gran parte porque los dos equipos de NFL de Nueva York (Giants y Jets) ganaron un total combinado de ocho juegos. Los Mets son los protagonistas en llevar ilusión a la ciudad. En los fanáticos Yankees crece tan rápido la molestia con su gerencia como la admiración por Steve Cohen, el mejor dueño de un equipo de beisbol.