Lo último que se supo sobre Miguel Andújar es que manifestó abiertamente a los Yankees de Nueva York que quería ser cambiado a otro equipo luego de que una vez más lo bajaran al nivel Triple A tras la reincorporación de la megaestrella Giancarlo Stanton. Automáticamente la mayoría de los entendidos se pusieron de su lado, asumiendo que ha de ser frustrante para alguien tan talentoso tener que pasar por esa desavenencia en reiteradas ocasiones. Pero, ¿Quién entiende a los Yankees?

Aunque a priori los números del utility dominicano parezcan buenos y todos tengan guardada en sus memorias con mucho cariño aquella campaña suya de 2018 donde se quedó a las puertas de ganar el premio a Novato del Año de la Liga Americana (fue segundo en la votación por detrás de Shohei Ohtani), hay que reconocer que ese pasado es lejano y que no estamos ante el mismo toletero.

Lesiones, caídas en el rendimiento y unas estadísticas avanzadas que no auguran un buen futuro son la tónica del presente de un Andújar al cual parece que se le avecinan momentos difíciles.

No todo lo que brilla es oro

Si miramos por encima los registros de Miguel desde el 2019 hasta hoy, podríamos decir que no son tan malos. Ha puesto una línea ofensiva de .234/.260/.329, con 7 jonrones, 6 dobletes y 1 triple, además de 21 carreras impulsadas y 29 anotadas en 304 turnos al bate. ¿No son tan catastróficos cierto? Bueno, ahora viene lo triste.

 

En ese periodo de tiempo tiene un porcentaje de boletos de apenas 3.8%, lo cual lo convierte en el undécimo peor dentro de este rubro con al menos 300 oportunidades legales con el madero. Otros que aparecen en el listado son Salvador Pérez de Los Reales de Kansas y Tim Anderson de los Medias Blancas de Chicago, aunque a ellos los salva la contundencia de sus batazos; al oriundo de San Cristóbal, simplemente no.

Para más inri, en el mismo tramo tiene el cuarto ISO más bajo de todas las Mayores con apenas .095, estadística que mide el poder aislado de los toleteros con sus bates. Para hacernos una idea, el promedio de esta métrica es de alrededor de .150, y lo óptimo sería por encima de .200. La misma se obtiene restando al slugging el average. En otras palabras, Miguel Andújar no batea para poder.

¿Quién se hará cargo?

Si uno analiza con cabeza fría la circunstancia, se dará cuenta de que con 27 años tampoco es sencillo encontrarle un nuevo club al quisqueyano. Nadie en su sano juicio entregaría a algún prospecto de valor por un jugador con estas grises características.

Solicitar el cambio fue, sin dudas, un paso importante, pero la verdad sea dicha, no será fácil su vida deportiva a partir de ahora.