David Ortiz fue anunciado como el único jugador exaltado al Salón de La Fama de la clase 2022. Las Grandes Ligas no tardó en dar a conocer los nominados para el 2023. En dicha lista, figura el puertorriqueño Carlos Beltrán.
Si hay un jugador que se daba por sentado entraría de manera garantizada a Cooperstown era Carlos Beltrán. Y hablo en pasado porque aunque luce como un candidato firme para estar en el salón de la inmortalidad gracias a su extraordinaria carrera en Las Mayores, ya las cosas no pintan tan bien luego de estar involucrado en un gran escándalo, mismo que ahora pone en un gran dilema a los votantes.
Es muy probable hayas adivinado a qué nos referimos como escándalo. Beltrán tiene algo que le puede jugar en contra a la hora de las votaciones y es el robo de señas con los Astros de Houston. El cual el mismo jugador fue participe y esta acusación le costó su puesto como mánager de los Mets de Nueva York.
El despido de Beltrán fue resultado de la investigación de Major League Baseball (MLB) sobre el uso de tecnología para robar señales durante los partidos.
El reporte presentado por MLB nombra al ex Novato del Año como uno de los principales autores intelectuales del sistema utilizado por los Astros de Houston para descifrar los signos de sus oponentes, siendo el único jugador activo mencionado en el mismo.
En el anuncio de nueve cuartillas que emitió Manfred, Beltrán fue el único pelotero identificado por su nombre dentro del ardid para robar las señas.
No sé puede tener a alguien liderando un equipo estando inviluxrado en actos de trampa.
Alex Cora era asistente del manager de los Astros en 2017, y fue descrito por las mayores como el autor intelectual del artificio para robar señales. Se colocó una cámara detrás del jardín central y un monitor cerca de la cueva, a fin de captar las señales de los receptores rivales.
Cuando habían transcurrido aproximadamente dos meses de la temporada de 2017, un grupo de jugadores, incluido Carlos Beltrán, discutió que el equipo podía mejorar en la decodificación de las señales de los equipos contrarios y en la manera de comunicarlas al bateador.
Hinch y el gerente general de los Astros, Jeff Luhnow, fueron suspendidos por una temporada, antes de que el dueño Jim Crane los despidiera. Terminó perdiendo su cargo de dirigente de los Mets de Nueva York. Beltrán fue el primer manager latinoamericano de la franquicia.
Manfred decidió no sancionar a los jugadores, en el 2017 representó la última temporada de Beltrán como pelotero.
Cuando tenía 21 años, Beltrán hizo su debut en Ligas Mayores con los Reales tras ser integrado al roster en septiembre de 1998.
Los números, hazañas y reconocimientos cosechó en 20 temporadas, en las que conectó 2,725 imparables, entre ellos 435 jonrones y 1,587 carreras impulsadas son bastantes sólidos; números aderezados con grandes logros: Premio Novato del Año, tres Guantes de Oro, un anillo de Serie Mundial y asistió a nueve Juegos de Estrellas.
Beltrán siempre ha gozado de buena aceptación y representó muchas cosas positivas para Puerto Rico y los latinoamericanos. Luego de su retiro siguió involucrado al mundo del béisbol por lo que su paso a la inmortalidad tuvo todo.
Pocos peloteros gozan de un éxito constante como el del jardinero. Beltrán fue un bateador que se crecía ante los retos que se le presentaban en octubre.
Beltrán es más que solamente un extraordinario jugador. Fue reconocido con el prestigioso Premio Roberto Clemente en 2013, que se le otorga al pelotero que ejemplifica el béisbol, el espíritu deportivo y la relación con la comunidad de la mejor manera. La Academia Carlos Beltrán en Puerto Rico le ofrece a atletas jóvenes oportunidades de educación y desarrollo.
Pero las cosas podrían cambiar y de una manera no positiva para ver su nombre en una placa de Cooperstown. La Asociación de Escritores pudieran tomar acciones contundentes con respecto a si le dan su voto al boricua y más cuando tienen el ejemplo de Barry Bonds y Roger Clemens, quienes fueron descartados finalmente por el consumo de esteroides.
La elegibilidad de Carlos Beltrán ofrece un nuevo dilema ético para los votantes del Salón de la Fama.
Cuando el comisionado de la MLB, Rob Manfred, habló sobre su castigo por el esquema de robo de señales de los Astros en febrero de 2020, se tomó un momento para abordar las consecuencias más abstractas y cuánto tiempo podrían durar; lo había hecho en una conferencia de prensa:
“Creo que si miras las caras de los jugadores de Houston cuando hablaron públicamente sobre este tema, se han sentido heridos por esto. Vivirán con preguntas sobre lo que sucedió en 2017 y 2018 por el resto de sus vidas”, dijo Manfred en la conferencia de prensa. “Y, francamente, es raro… que cualquier ofensa tenga un castigo con el que tengas que vivir por el resto de tu vida”.
Las últimas dos temporadas han visto su parte de abucheos, abucheos y miradas escépticas para los ex Astros. Pero no será hasta finales de este año que las preguntas de las ponderaciones de todas las cosas, y las otras cosas, que hizo durante y por el resto de su vida , realmente comenzarán a tomar forma, cuando Carlos Beltrán esté en la boleta electoral para el Salón de la Fama.
Por un lado, Beltrán, a todas luces, rompió las reglas a sabiendas. Por el otro, era un héroe. Los jugadores de béisbol exitosos se encuentran entre las personas más prominentes en Puerto Rico. Alimentan el orgullo y ayudan a colocar a la isla en el mapa internacionalmente.
Muchos puertorriqueños creen que fue culpado injustamente y que la reacción es exagerada. ¿Qué pasa con los otros involucrados? Robar señales siempre ha sido parte del juego. ¿Por qué el alboroto? Sostienen.
No hay duda de que Beltrán habría sido un claro miembro del Salón de la Fama sin el escándalo de los Astros, no necesariamente en la primera votación, pero casi garantizado como miembro dentro de unos años. (Los números de WAR de su carrera se ubican justo en el medio de los de los jardineros centrales admitidos: 70.1 bWAR de carrera en comparación con un promedio de 71.6 para los jardineros centrales de Cooperstown, y 44.4 bWAR en un pico de siete años, en comparación con un promedio de 44.7). Eso sí, no hay represalias, pues la garantía estuvo “ sin el escándalo de los Astros”. Y aquí es donde los votantes se encontrarán el próximo invierno, analizando algunas de las mismas preguntas que han hecho que el proceso electoral sea tan complicado durante la última década, ahora con una lente diferente, otro tipo de trampa y ya como expelotero, en una acción ilícita que no tuvo impacto en sus números personales pero en detrimento de su buena y gran imagen en el béisbol.
Cuando se trata del fallo histórico de la MLB contra los Astros, hay una serie de prismas para ver el castigo sin precedentes de la liga.
El Libro de Reglas Oficiales del Béisbol Profesional—una entidad totalmente distinta, de alguna manera, de las Reglas Oficiales del Béisbol—no se preocupa mucho por los mecanismos de aplicación. Despliega las reglas una tras otra; casi no hay esfuerzo por romper el “o si no” que se esconde detrás de cada una. Hay algunas alusiones a las “sanciones”, pero sus detalles nunca se esbozan y se deja que las cosas quede a la interpretación y consideración del que lee.