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Hay factores que pueden interponerse a la hora de hacer lo correcto para tu equipo, como lo puede ser las expectativas alrededor de cierto jugador, sus proyecciones, sus aportes del pasado o incluso la estima que le puedas tener. Pero, la paciencia y la fe también tienen sus límites.
A continuación, veremos algunos jugadores de los cuales se tenían grandes expectativas de cara a la temporada, y que mientras estás aferrado a ese rayito de esperanza, te podrían estar hundiendo hasta el final del standing. Es tiempo de dropearlos ya.
Andrés Giménez
Las expectativas sobre Andrés Giménez por parte de los Guardianes de Cleveland y de los gerentes de fantasies eran enormes gracias a su break-out season en el 2022. Tanto así que le valió una selección para el partido de las estrellas y fue sexto en las votaciones por el jugador más valioso de la Liga Americana.
Su gran capacidad de contacto, su poder ocasional (se voló la cerca en 17 ocasiones el pasado año) y ser uno de los más veloces de todo el negocio llevó a los gerentes a tenerlo entre la ronda 7 y 8, para ligas de formato estándar y 14 equipos.
Su inicio de temporada fue tan bueno como toda su campaña anterior, por lo que todo era regocijo entre quienes lo seleccionaron. En sus primeros 12 partidos presentó una línea ofensiva de .333/.396/.500, se estafó 3 bases y anotó 14 carreras. Sí, 14 carreras en 12 partidos, lo cual lo dejaba líder en ese encasillado en todas Grandes Ligas. Sin embargo, luego de eso la debacle ha sido estrepitosa.
En los siguientes 37 partidos, su línea ofensiva es de .178/.248/.256 y ha anotado solo 9 carrera y tiene un wRC+ de 47 en ese tramo, es decir, poco más de dos veces inferior a la media de la liga. ¡Vaya contraste!
Parte del éxito de Giménez en 2022 estuvo en que destrozaba los lanzamientos rompientes, copilando promedio de bateo por encima de .330 a los sliders y los cambios de velocidad. Tan impresionante como insostenible. Sin embargo, este año ha sido muy vulnerable, bateando apenas .123 al combinado de estos dos lanzamientos rompientes.
Uno pudiera pensar que solo pasa por un mal momento, sin embargo sus métricas de statcast hacen que hasta el más optimista llegue a dudar que nos encontremos con la versión de Giménez que vimos en 2022. El promedio de la velocidad de salida de sus batazos y su porcentajes de batazos fuertes, no solo son los más bajos de su joven carrera sino que en este momento se sitúan entre los peores de la liga.
Es un drop doloroso pero necesario, sobre todo si estás en pelea por una de las posiciones clasificatorias.
Blake Snell
Todos queremos confiar en Blake Snell y tenemos la esperanza de volver a ver una versión parecida a la que lo llevó a ganar el premio Cy Young hace unos años, sin embargo y lamento decirlo, eso no va a suceder.
Snell es un lanzador con un repertorio que da miedo, posee una bola rápida muy potente y con muchísimo movimiento. Irónicamente es muy bien descrifrada por los rivales y todo gracias a sus problemas de comando y lo predecible que puede llegar a ser. En la temporada, el promedio de bateo contra su recta es de .306 y un slg de .537, horrible línea para un lanzador que depende de ese pitcheo en 57% de las ocasiones.
O bien Snell empieza a hacer mayor uso de sus lanzamientos rompientes o seguirá haciendo daño a su equipo. El detalle que es Snell ha sido un pitcher primordialmente de bolas rápidas, y toda su carrera, salvo 2019, le ha servido a sus rivales su recta de 4 costura sobre el 50% de ocasiones.
La ventaja, para fines de fantasies, es que es un lanzador y ve acción cada 5 días. De manera, que, si no hay nada atractivo que pescar en la agencia libre, puedes reservarle su espacio y utilizarlo en matchups favorables contra equipos más débiles.
José Abreu
Como es natural, se proyectaba una disminución ofensiva en Abreu. A sus 36 años, el declive era una opción latente. Lo que nadie se imaginó es que fuese tan estrepitoso.
Si bien es cierto Abreu dio muestra de disminución de su poder en la temporada pasada, reduciendo su cantidad de cuadrangulares a la mitad entre 2021 (30) y 2022 (15), en la actual temporada simplemente ha desaparecido esa fuerza que fue su carta de presentación desde que hizo su debut en Grandes Ligas y que en su temporada de novato lo llevó a hacer el líder de slg de toda MLB.
El primer cuadrangular de José Abreu llegó el pasado domingo, rompiendo una sequía de 271 turnos al bate sin volar la cerca entre finales de temporada pasada y esta.
No solo los jonrones han escaseado en la hoja de estadísticas del otrora MVP, sino que sus extrabases en general. Apenas ha conectado 7 dobles en la temporada, lo que lo deja con un pírrico slg de .264. Eso no es lo que esperas de un slugger, sobre todo si lo seleccionaste en una ronda temprana.
Jazz Chisholm Jr.
Confieso que me sorprendió al ver lo temprano que se proyectaba Jazz en los draft a inicios de temporada. La posición promedio en el que era seleccionado era la 45, (ADP por sus siglas en inglés), equivalente a una temprana Cuarta ronda en una liga de 14 equipos y siendo elegido, en promedio, por encima de jugadores como Shane Bieber (49), Corey Seager (47) y George Springer (64).
Jazz, además de ser un jugador muy talentoso, goza de una gran popularidad, un auténtico show man. Esta combinación lo llevó a su primer partido de las estrellas, al ser seleccionado gracias al voto del público, como el último representante del viejo circuito. Lamentablemente no pudo asistir debido a sus problemas de lesiones que lo mantuvieron fuera de juego la mayor parte de la temporada.
Las lesiones han vuelto a estar presente durante esta campaña y han apartado a Jazz de su equipo desde el 13 de mayo y con expectativas de que se pierda al menos dos semanas más.
El problema es que mientras estuvo saludable, sus aportes no han sido de alguien seleccionado en una ronda tan temprana. Si bien es cierto sus números son decentes, su alta taza de ponches y sus constantes problemas de salud, me hacen dudar si es un jugador que debo mantener en mi equipo o es una producción que puedo suplir desde la agencia libre.
Jazz se está ponchando en un 32.7% de las ocasiones, lo cual es inusual para un jugador de sus características, pero no para él, ya que de por vida, cerca del 30% de sus turnos terminan por la vía del ponche.
Su línea ofensiva es de .229/.291/.403, la cual podría mejorar cuando resuma su acción, pero tampoco demasiado. No es un secreto para nadie su vulnerabilidad ante los lanzamientos rompientes, y es por ello que, 1 de cada 2 pitcheos que ve mientras está en home, es un rompiente.
Hoy en día su principal atractivo para fantasies es su velocidad, ya que acumula 14 hurtos, que lo ubican dentro de los mejores 10 de toda MLB en este encasillado.
Si tienes un spot disponible en la IL, puedes esperar, no se pierde nada. Ahora, si no tienes dicho spot y necesitas seguir subiendo en el standing, que no te remuerda la conciencia.
DJ LeMahieu
Durante los últimos años ha sido uno de los mejores hitteadores del negocio gracias a su gran disciplina en el plato y su alta capacidad de contacto. Eso era un atractivo muy interesante para fantansies. Ayudaba con el AVG y el OBP, sin perjudicar demasiado en los ponches.
Este año, si bien es cierto está teniendo una temporada decente, no está cumpliendo el rol que normalmente los gerentes de fantasies esperaban de él. Estamos viendo a un LeMahieu que está yendo más por el swing largo, buscando mayor cantidad de extrabases, y el precio que se paga por ello es abanicar más. En la temporada, el 26% de sus apariciones al plato han concluido en ponches. Para poner esa cifra en contexto, es el doble de su proporción del año anterior, y por mucho, el mayor de su carrera.
Pero con una línea ofensiva de .243/.309/.400, 6 cuadrangulares, 21 empujadas y 24 anotadas, te lo pensarías dos veces para dropearlo, al final está haciendo sus aportes. Sí, pero busca en la agencia libre de tu liga, y te aseguro que encontrarás varios con números mejores. Y no hacemos la sugerencia para sustituir lo mismo por lo mismo, sino que si necesitas un espacio para firmar a un jugador que está atravesando un buen momento, prescindir de LeMahieu no es una locura.