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Pasó, no es la realidad, más bien una parte de ella,pero pasó, una escuadra italiana conformada casi en su totalidad por peloteros estadounidenses con algún tipo de descendencia de allá del país de la bota, venció a Cuba en un partido de béisbol.

Fue este 9 de marzo, en el lejano Taiwán, cuando en el Estadio Internacional de Taichung, durante la segunda jornada de competencia en el grupo A, el combinado transalpino que asiste a la quinta edición del Clásico Mundial acabó con la ilusión de millones de cubanos que se aferraban al sueño de un épico regreso a la élite del béisbol.

Dispuestos a hacer historia

Los pupilos del legendario Mike  Piazza salieron decididos a demostrar que su andar en la presente justa será diferente y con un excelente desempeño de sus lanzadores, así como una ofensiva que fue capaz de fabricar las carreras necesarias, acabaron doblegando a un seleccionado criollo que otra vez va quedando a deber en la arena internacional.

El veterano Matt Harvey, fue el elegido por Piazza para abrir el encuentro y sin aquella velocidad de antaño, cuando su paso por los Mets de Nueva York, pudo caminar cuatro entradas sin problemas, necesitando apenas 40 lanzamientos.

Durante los primeros cinco episodios los lanzadores estuvieron dominando a placer a las respectivas huestes rivales, pues al trabajo encomiable de Harvey le respondió el veterano Roenis Elías con solo dos hits permitidos.

Las carreras

En el sexto un fly de sacrificio de Brett Sullivan sirvió para que los italianos abrieran el marcador, disparando las alarmas en el alto mando antillano.

Minutos  después, Miles Mastrobuoni impulsó la segunda carrera de Italia, con largo batazo que no pudo fildear Yoenis Céspedes.

Todo parecía decidido si embargo en el séptimo capítulo, Lorenzo Quintana pegó un hit impulsor que sirvió para descontar 1 rayita y con posterioridad en el octavo, Erisbel Arruebarruena empató el juego, desatando la locura en la banca cubana.

El final

El halo de la tragedia parecía esfumarse, no obstante en la décima entrada, los bambinos volvieron a la carga y no pararon hasta producir las cuatro carreras que a la postre decidirían las acciones.

A última hora, Luis Robert Moirán se acordó de su condición de pelotero de Grandes Ligas y con un sencillo, maquilló el resultado final, impulsando  la tercera para Cuba.

Así terminó,6-3, por un lado, con Piazza y su grupo delirando de felicidad, por el otro, solo caras mustias, evocando la nostalgia de un pasado bastante alejado en el tiempo, sabiendo además que allí en ese pedazo de suelo asiático pudieron estar los mejores jugadores cubanos del momento, José Abreu, Yordan Álvarez, R

 

Cabe resaltar que fue la quinta derrota consecutiva para Cuba en Clásicos Mundiales, pues a los descalabros de este torneo se le suman los tres de la segunda ronda en 2017.

Con el resultado, los antillanos ven limitadas a casi cero sus opciones de avanzar a Tokio y solo les quedaría salir  a defender el orgullo ante Panamá y Taipei de China.