Los más optimistas piensan que es una mera cuestión de rachas o de algunos días malos, simplemente, pero lo cierto es que el zurdo Josh Hader ha pasado en abrir y cerrar de ojos, de ser el mejor cerrador de la Liga Nacional a ser un pitcher de la media, algo mediocre incluso, diría y los hechos me dan la razón.

De Hyde a Jekyll, de Jekyll a Hyde como en la novela de Robert Luis Stevenson y la analogía viene como anillo al dedo para mostrarnos con todas sus facetas la irreconocible estela de Hader en este 2022.

La trama

Al momento de escribir este texto, el ex  de los Cerveceros de Milwaukee compilaba de modo general, sumando sus salidas con los Padres de San Diego, para una efectividad de 6,52, además de un récord de 2-5  y un whip de 1,47, al momento de escribir este texto, tal como lo muestra Baseball Reference.

Así y todo, Hader con sus 29 salvamentos en 32 oportunidades, lidera la Liga Nacional en este apartado, quizás como para recordarnos que hace menos de un año, fue el gran referente en todo el beisbol, con sus 34 salvados en 35 oportunidades.

La génesis

Para algunos, la historia de Hader se torció tras su sorprendente llegada a San Diego, pues como lo cuenta el San Diego Tribune, el zurdo de 28 años no ha podido hacerse justicia con los frailes de ninguna manera y cada salida da la impresión de que será peor.

Con la franela del elenco californiano, Hader tiene un registro de 1-1 con un astronómico promedio de limpias de 23,14, producto de 12 carreras limpias en 4,2 tramos de labor y ni Bob Melvin ni AJ Preller hubieran pensado un escenario similar, con un hombre que era sensación en Grandes Ligas.

No fue igual

Ya con Milwaukee, Hader dejó de mostrar esa solidez de antaño, tal como lo detalla su hoja de servicios en la primer mitad, récord de 1-4, con una efectividad de 4,24 y un whip de 1,12.

Cuando el pasado 15 de julio, Hader permitió 3 jonrones en una entrada ante los Gigantes de San Francisco, sacando apenas un out, todos vieron el suceso como la señal inequívoca de que las cosas no iban bien y un mes y medio después, no surge una explicación lógica para semejante desplome.

Sin dudas el movimiento está resultando un fiasco para AJ Preller quien desde ya se aferra al milagro de un septiembre diferente para Josh Hader.

El hombre ha tocado fondo y en este minuto, sin reparo alguno solo le queda levantarse, autorrelevarse y renacer cual ave fénix.