La inducción requiere una selección en el 75% de las boletas emitidas a los miembros votantes de la Asociación de Escritores de Béisbol de América. David Ortíz, 10 veces All-Star que tuvo un OPS de .931 con 541 jonrones en su carrera de 20 años, recibió el 77.9% de los votos. Fue el único jugador que alcanzó el umbral este año.
Pero mientras los dominicanos junto a los fanáticos de los Medias Rojas celebramos la inducción de “Big Papi“, gran parte de la atención recae en Barry Bonds y Roger Clemens por no ingresar. Bonds fue elegido en el 66% de las boletas, mientras que Clemens fue elegido en el 65,2%.
Los únicos otros jugadores que recibieron más del 50% de los votos fueron el tercera base Scott Rolen (63,2%), el lanzador Curt Schilling (58,6%), el primera base Todd Helton (52,0%) y el relevista Billy Wagner (51,0%).
Fue el último año de elegibilidad para Bonds, Clemens y Schilling, así como para el jardinero Sammy Sosa (18.5%).
Bonds y Clemens son ampliamente considerados como uno de los mayores talentos en la historia del deporte.
Bonds es siete veces Jugador Más Valioso, el líder de su carrera en jonrones (762) y boletos (2,558), y también tiene el récord de jonrones en una sola temporada (73 en 2001).
Clemens tiene un récord de siete premios Cy Young y ocupa el tercer lugar de todos los tiempos tanto en WAR de lanzador como en ponches.
Y, sin embargo, tanto Bonds como Clemens, así como Sosa, se vieron envueltos en el escándalo PED que afectó al béisbol durante el apogeo de la ofensiva poderosa que marca esa era. Y aunque ninguno de los dos fue condenado por irregularidades, claramente afectó sus candidaturas.
Ahora, sus destinos en Cooperstown estarán vinculados al Comité de Veteranos de la BBWAA, que redacta la boleta para ser considerada por el Comité de la Era, como es llamado hoy día, que está programado para reunirse en diciembre en las Reuniones de Invierno en San Diego.
El argumento para negarle Bonds y a Clemens la entrada a la inmortalidad es la sospecha del uso de esteroides. Así mismo, sospecha. Fueron castigados por eso, no hay que buscar más. Pero David Ortíz, adivinen qué, también fue sospechoso. Amén de que no volvió a fallar prueba de dopaje, pero Bonds y Clemens ya no jugaban en la época de los controles.
Bonds y Clemens, con o sin esteroides, fueron mejores peloteros que la mayoría de los bateadores y lanzadores que se encuentran en Cooperstown. Bonds es uno de los tres jugadores más completos, sino el más de todos los tiempos y Clemens de los 10 mejores lanzadores en la historia. ¿Cómo es que a a ellos, de talentos e hitos indiscutibles no se les perdona, cuando otros de mucho menos estadísticas y hazañas ya están exaltados?
El comisionado de béisbol en ese momento, Bud Selig, conocía lo que ocurría.
Si vamos a señalar con el dedo, Bud Selig es un perfecto culpable. ¿Y adivinen? ¡Está en el Salón de la Fama desde el 2017!
Y bueno amigos, mientras celebramos a David Ortíz, se nos olvida que condenamos a dos figuras mucho más grandes, “biggest than Big Papi” que también fue vinculado a PEDs en la misma forma… Para unos fueron suficientes las sospechas, para otros no.
Nada… Que siga la fiesta.