Si algo necesitaba Adam Wainwright para esculpir su leyenda, su propia estatua incluso, allí, a las afueras de Busch Stadium era un juego como el de ayer sábado.

En una jornada histórica, cargada de simbolismo, con Waino quitándose la gorra y saludando las imágenes de Ozzie Smith, Willie McGee, Keith Hernández y Jim Kaat, héroes de aquella generación que en 1982 se alzó con el titulo de Serie Mundial, en un ambiente así, cargado de emoción, Adam Wainwright tocó a las puertas de su primer juego sin hits en su larga carrera de Grandes Ligas.

La historia

Fueron 6,2 tramos perfectos y todo parecía encajar, su curva poderosa, dibujándola a placer, su recta pesada, cerrando a los bateadores de Milwaukee y su mentalidad, esa de ganador, la misma que se refleja en la mirada de tipo duro, flemático, sin nervios, a veces da la idea de ser un dios griego allí, encima del box, manejando los hilos del juego a su antojo; el veterano quería ganar, era un día especial, lo sabía…

“… El equipo del 82 estuvo aquí y pensé que era una falta hacia ellos no lanzar nueve entradas…”- comentó Waino después del juego, tal como lo cuentan MLB.com y el Saint Louis Dispatch.

La hora de los grandes

Y tras el jonrón que empataba el juego, un línea sólida de Luis Urías por la banda contraria, tras el jonrón, cualquier otro pitcher se hubiera desmoronado pero, hablamos de un guerrero curtido en mil batallas y las imágenes de la postemporada en 2006, la Serie mundial ante los Tigres de Detroit, esas imágenes se suceden en flashazos nítido para darnos la medida exacta de la personalidad del experimentado lanzador; debía lanzar 9 innings y lo hizo, cumplió, con todos y con él, 9 innings con 109 lanzamientos y 8 ponches, una de las clásicas hombradas a las que nos tiene acostumbrado Waino, como su trabajo encomiable en el duelo de comodines de la Liga Nacional en 2021, ¡ Hay tanta historia!

Y el juego terminó empatado tras nueve entradas y los breaks parecían romper a favor de San Luis, por la condición de local, pero no, Hunter Renfroe castigó a Giovanny Gallegos y llegó la debacle, los Cerveceros marcaron dos rayitas en la décima entrada, suficientes para definir el marcador, 3-2.

Y si terminó la racha de 9 victorias seguidas en Busch Stadium y los Cardenales vieron como los Cerveceros se ubicaban solo a medio juego de la primera posición en la división central de la Liga Nacional, como sea, más allá de esto, el trabajo de Adam Wainwright otra vez acaparo titulares, allí, batido a duelo con el estelar Corbin Burnes, como si en vez de 40 fueran 30 o 25 años, como aquel primer día, allá a comienzos de los 2000…una vez más, solo nos resta aplaudir.