Los Padres de San Diego es un equipo que cuenta con múltiples figuras y talentos. Poseen una constelación de estrellas del juego.
Algo peculiar para los dominicanos sobre los Padres es que se han hecho de tres de los más grandes productos de la pelota quisqueyana: Fernando Tatis Jr., Juan Soto y Manny Machado. Los dos primeros cabezas de la nueva generación de estrellas de talento descomunal en las Grandes Ligas. Pero, hay que reconocer que pese al tamaño magno de esos dos jovenzuelos la piedra angular del equipo y su indiscutible líder es Manny Machado.
Machado es amado por muchos, mas igualmente es despreciado por otros. Algunos no se identifican por su sangre, energía y otros por el daño hace con su bate a sus rivales. Pero indiferencis no causa.
Así mismo marca diferencia en su equipo. En el dogout.
Hay aportes que no se llevan en los registros pero qué sí han de tomarse en cuenta, como la influencia del dominicano en sus compañeros.
El liderazgo de Machado es una verdad que muchos no aceptan. Pero que anécdotas como estas evidencian.
Los Padres se dirigen a la Serie Divisional de la Liga Nacional, se enfrentarán a la bestia del béisbol que reside bajo los reflectores del brutal Hollywood. Les tocará enfrentar a Los Ángeles Dodgers.
Ayer, Joe Musgrove, el abridor de los Padres, lanzó un juego histórico en la ruta contra unos Mets que cosecharon 101 victorias en la temporada regular. Los bates de San Diego cobraron vida y los Padres se ganaron ir s la NLDS con los Dodgers tras la victoria de 6-0 del domingo en Citi Field.
Joe Musgrove le habría dicho a Austin Nola (receptor): ‘Voy a tener el juego de mi vida esta noche’.
Musgrove estuvo ridículamente soberbio. Se convirtió en el primer lanzador en la historia de la MLB en lanzar al menos siete entradas y permitir menos de dos hits en una eliminatoria. Todo se reduciría en ganar o irse a casa. Les tocó irse a los Mets.
Musgrove no permitió un corredor hasta el sencillo de Pete Alonso en el quinto. El único otro Met que se embasó fue el dominicano Starling Marte, quien recibió base por bolas en el séptimo.
Hay momentos para los que no puedes prepararte, Musgrove, de 29 años estaba en una super actuación en un gran escenario de playoff mientras el mánager de los Mets, Buck Showalter añadió drama sacando de ritmo las acciones al pedir a los árbitros que lo revisaran en busca de sustancias prohibidas en el sexto episodio.
El jefe de equipo Alfonso Márquez examinó el guante de Musgrove, el manager Bob Melvin corrió hacia el montículo. Musgrove se quitó la gorra y lo revisaron detrás de las orejas. Los fanáticos de los Mets comenzaron a corear: “¡Tramposo! ¡Tramposo!
Cuando terminó la entrada de 1-2-3, el lanzador lanzó una mirada furiosa hacia el banquillo de los Mets y se tapó la oreja mientras observaba a la multitud. Musgrove claramente estaba exasperado, pero inmediatamente se reenfocó gracias a la asistencia de un compañero de equipo experimentado.
“Manny (Machado) se aseguró de venir y revisarme en el túnel y dijo: ‘Oye, ya se acabó. Regrese al trabajo y vuelva a concentrarse en sacar outs’”, dijo Musgrove.
Tremendo. Un oportuno tirón de orejas del líder y veterano antesalista criollo a Joe.
Matar a los Mets en la carretera merece la estridente celebración que se desarrolló en la casa club de los Padres, junto con el impulso que alimentó la confianza que brindó la victoria como visitante.
Poco tiempo después, Manny Machado dio vueltas por la habitación en busca de Joe Musgrove. “Hola Joe”, gritó cuando lo encontró. “Tengo esa cosa pegajosa justo aquí”. Machado agitó una botella verde y la roció en el pecho de Musgrove mientras media docena de compañeros de equipo rodeaban a Musgrove y vertían más líquido sobre su cabeza.
Manny Machado estaba empapado. Sus compañeros de equipo habían coreado “MVP, MVP” y lo bañaron con cerveza y champán.
Lo que sí estuvo pegajoso fue la celebración. Se contagiaba la alegría en todo el grupo.
Se les había pegado un viaje a Los Ángeles California a Musgrove, Machado y todo el equipo.
Los decepcionados fanáticos de los Mets quedaron furiosos, con las orejas calientes.
¿Quieres una orejita de los que les toca luego? Tocará saludar a los Dodgers en una visita a la casa de los azules.
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