Seis innings con un hit y una carrera permitida y en casi tres años, ese tiempo allí, en la lomita del Dodger Stadium fue lo mejor o pudo serlo y si debieron pasar casi seis meses y 160 entradas, esa fue la mejor manera que tuvo Madison Bumgarner de recordar lo que en su día fue, uno de los mejores zurdos del béisbol.

Fue su séptima victoria de la campaña con los Diamondbacks de Arizona, la séptima este año y la 15 en tres temporadas y la idea de la metamorfosis se impone otra vez; un pitcher que fue inmenso, único en su etapa con los Gigantes de san Francisco, capaz incluso de ganar una Serie Mundial, como aquella de 2014 cuando hizo de todo, abrió, relevó fue el paño de lágrimas de Bruce Bochy y viajando atrás en el tiempo, refrescamos las imágenes de aquel último out ante Salvador Pérez, para consagrase campeón en el mismo Kauffman Stadium, ante la mirada atónita de Ned Yost y de los fanáticos de los Reales de Kansas City.

La gran disyuntiva para Lovullo

A ese recuerdo se quiere aferrar el manager Torey Lovullo, que sorprendió al mundo beisbolero al anunciar que Bumgarner no lanzaría más este año: “… Diría que la razón principal es querer ver algunos brazos jóvenes, diferentes…”- le refirió el estratega MLB.com respecto a la decisión de terminar la campaña del zurdo de 33 años, minutos antes del juego de este domingo ante los Gigantes de San Francisco.

Todos pensaron que, de algún modo, Arizona estaba desechando a Bumgarner y la posibilidad todavía esta latente, pero al veterano le restan por cobrar 23 millones en 2023 y 14 millones en 2024, los montos finales de su contrato de cinco años y 85 millones de dólares pactado antes de comenzar la temporada de 2020.

Un fracaso, pero…

En este punto no se puede hablar de otra cosa que, de fracaso total, récord de 15-29 y efectividad de 4,98 en 65 aperturas para decorar un lienzo expresionista respecto a la debacle de Madison Bumgarner en el Chase Field y esas imágenes de la fanaticada abucheándolo hace unos días son como el decorado final para el cuadro…La caída de Bumgarner, pudiera ser.

Sin embargo, frente a Dodgers dio la impresión que todavía tiene estamina en su recta y control de sus comandos y Lovullo decidió simplemente mandarlo a descansar y pasado un tiempo comience a preparase rumbo a 2023: “… Los Diamondbacks están aquí apoyándolo y enseñándole lo que podemos y vamos a superarlo juntos…”- acotó Lovullo y a propósito argumentó: “…No fue un buen años y él lo asumió pero quiere trabajar y hacer las cosas bien para ayudarnos a ganar juegos el años próximo y eso es lo mejor…”

Las expectativas

Al momento de escribir este texto, con forja de 71-83 los Diamondbacks han extendido el guion de las últimas campañas en el oeste de la Liga Nacional pero más allá de Bumgarner han tenido algunas historias importantes como las de Zac Gallen, con 12 juegos ganados, una efectividad de 2,46 y 180 ponches en 172 tramos de labor, además de un whip de apenas 0,89.

De igual modo, este domingo ante San Francisco, Lovullo pudo contar con un trabajo encomiable del zurdo Tommy Henry y el derecho Drey Jameson, quienes se combinaron para lanzar 5,1 entradas en blanco.

Muy lejos en el tiempo ha quedado aquella Serie Mundial de 2001 con Randy Johnson y Curt Schilling como grandes referentes, pero igual el recuerdo de alguna manera ha de estar vigente y Torey Lovullo se aferra a ello como una especie de tótem sagrado y quizás, con un Bumgarner renovado, la historia en 2023 pudiera se diferente… hasta de comienzo de una nueva era pudiera hablarse… ¿Quién sabe?