Un bono de 65 mil dólares, un largo viaje y una gran ilusión; podría resumirse así, como tantas historias, si miramos a simple vista, pero Elly De La Cruz es más que eso y sus 6,5 de estatura y 200 libras de peso nos dan una perspectiva diferente, pues hablamos quizás de uno de los grandes prospectos del béisbol en la actualidad.

El quisqueyano acaparó titulares desde el mismo momento de su firma con los Rojos de Cincinnati, pero ya en esta temporada, De La Cruz ha superado con creces las expectativas respecto a su figura y en este punto, un jonrón de más de 500 pies refleja en toda la dimensión lo que es capaz de hacer el caribeño.

La proyección

Al momento de escribir este texto, el dominicano está ubicado entre los 100 mejores prospectos del béisbol según Baseball America y además es el número 1 en el sistema de granjas de Cincinnati.

Con ese físico poco común en los campocortos, Elly De La Cruz, de acuerdo con buen parte de los entendidos es el clásico jugador de cinco herramientas, lo mismo te roba un base como el más avezado de los peloteros que suena cuadrangulares bestiales tanto a la zurda como a la derecha.

El ascenso

Su ascenso en Ligas Menores ha sido meteórico, como suele ocurrir con los grandes talentos y todos coinciden en que De La Cruz será el hombre del futuro dentro de una franquicia que ya ha visto pasar sus mejores años y debe pensar con luz larga para dentro de tres o cuatro campañas regresar al ruedo y dar batalla al menos en la división central de la Liga Nacional.

Al momento de escribir este texto, el criollo registraba guarismos extraordinarios sumando el trabajo en clase A y doble A; hablamos de un average de 302, producto de 129 hits en 427 turnos al bate, entre los que se encuentran 28 jonrones, 28 dobles, 8 triples y 82 carreras impulsadas; además de 38 bases robadas.

Un elemento distintivo que sería el colofón perfecto para su gran año es que a sus 38 bases robadas se le podrían sumar 30 jonrones y el hito sería colosal.

El mal momento de los Rojos de Cincinnati bien podría abrirle las puertas de Las Mayores al caribeño, quizás antes de lo que muchos piensan y si esto pudiera parecer exagerado, con esa sobriedad en el carácter, como si hubiera estado allí toda la vida, Elly De La Cruz da la impresión de estar listo para cualquier empeño y esa es la mejor parte.