El protagonista
Quizás Anthony Rizzo no vuelva a batear 280 de average, no, su promedio no se proyecta para ser tan bueno pero de seguir con esa paciencia que ha mostrado en este inicio de campaña, los Yankees de Nueva York podrían tener a un Rizzo con casi 30 jonrones y al menos 80 empujadas.
Anthony Rizzo podría haber seguido un rumbo común, como un pelotero normal si hubiera seguido en Chicago, entre los edificios de la ciudad de los vientos; incluso también si hubiera ido a Detroit, Cleveland, Washington o Miami pero no, Rizzo se fue a Nueva York y ahí las cosas son diferentes.
El lugar
Y es que Nueva York es una ciudad de oportunidades y relaciones antagónicas, lo mismo ves las imponentes fachadas de Wall Street por un lado, con ese olor a cosas nuevas que embriaga a todos que después miras un poco más allá y sientes el aire denso de Haarlem.
Esa es Nueva York que en su momento fue Nueva Amsterdam, fundada por holandeses, luego refundada por los ingleses; cantada y alabada cientos de veces y como un fino lienzo, está Manhattan Transfer de John dos Passos para darnos una idea exacta de todo…en Nueva York puedes subir bien alto, hasta casi tocar el cielo y de pronto caer.
La trama
En medio de esto está la figura de Anthony Rizzo, buscando un segundo aire en su carrera y a sus 32 años muchos creen que ya lo dio todo pero no, al menos en esta semana de temporada regular va siendo otra cosa, otro Rizzo, una versión renovada de lo que vimos hace unos años.
La idea de que pudo haber llegado algo mejor sigue flotando en el ambiente y en medio de esa mala vibra, Anthony Rizzo ha ido forjando su propio camino en este 2022.
Tiene la descendencia y también la mística, si antes estuvieron diMaggio, Rizzuto y Giambi, hoy está él.
El análisis
Hay una línea fina de análisis que nos muestra a Rizzo tocando su mejor forma deportiva allá por 2019 cuando logró un OPS de 924 para después casi sumergirse en el lodo con 755 en 2020.
De ser un hombre paciente en el home, con un contacto brutal, como los clásicos inicialistas, pasó a ser su némesis más odiada; Rizzo contra Rizzo y la debacle era inminente.
Como si nada su historia dio un giro total y llegó a la Gran Manzana y tuvo un comienzo legendario y dio jonrones e ilusionó pero hasta ahí, enfermó por covid 19 y tras la pausa, Rizzo no fue igual en su regreso.
Sin embargo otra vez se reencontró con su alter ego, con el Rizzo de tres o cuatro años atrás y cerró con una línea prometedora en la que resaltaba un promedio de 268, un slugging de 353 y un OBP de 447.
Esto fue desde finales de agosto y hasta el cierre de la temporada regular y es lo que estamos viendo hoy.
El presente
Hablamos que en esta semana más allá de sus números, fijados al momento de escribir este texto en 250/500/750, más allá de sus jonrones; Anthony Rizzo ha recuperado su serenidad en el home plate, se ve paciente y eso es crucial.
En este sentido, su tasa de boletos de 22.2 así como la de ponches de 11.1 avala la proyección ofrecida por PECOTA para esta temporada de 261/368/456 con 22 bambinazos.
Sin dudas más que una buena noticia para los Mulos, incluso esa cifra de jonrones puede ser superior y ahí llegaría el delirio.
Podríamos tener otra vez al mejor Anthony Rizzo con los Yankees y entonces en unos meses nadie recordará a Olson ni a Freeman ni toda esa mala vibra, no, la gente disfrutará con un hombre grande y fornido, como una gárgola quizás; un hombre que a golpe de batazos construyó su propia historia allí en la catedral del béisbol.