Un reportaje de investigación realizado por la Alianza Rebelde Investiga revela la situación que se da con las academias de béisbol en el país suramericano. En un extenso trabajo de investigación de los medios de comunicación CONNECTAS y ARI visitaron más de 25 academias de béisbol en 5 estados del país para dicha investigación e identificaron cómo el crimen organizado oscurece el proceso de firmas de los prospectos venezolanos con los equipos de Estados Unidos.
La extensa investigación revela prácticas ilegales en Venezuela que además del cobro de dinero por las firmas incluye el asesinato de un entrenador de béisbol, el atentado al dueño de una academia y decenas de extorsiones a empresarios y personas ligadas a este deporte.
Llamados “pranes” en Venezuela, los líderes negativos se metieron a la fuerza en el negocio de la firma de jóvenes de este país por los clubes de las Grandes Ligas para hacerse con una parte de los millones de dólares que generan estas contrataciones cada año.
El asesinato de un entrenador, el atentado al dueño de una academia de beisbol, videos con amenazas de hombres armados y una decena de extorsiones —en distintas modalidades— a empresarios y figuras ligadas a la pelota son algunas de las manifestaciones de la presencia de los pranes en el terreno.
Venezuela es famosa por ser el campo donde brota el talento que alimenta las Grandes Ligas. Las granjas de béisbol de las organizaciones estadounidenses proliferan. Era un negocio rentable para todas las partes: los prospectos, las familias, los agentes y, por supuesto, los equipos.
Los equipos de las Grandes Ligas comenzaron a abandonar el país en 2005. Para 2015 solo quedaban 4 de las 22 granjas que funcionaron en Venezuela. Este vacío lo llenaron las academias privadas. El experimento floreció tanto que un nuevo «socio» quiso «invertir»: los pranes, megabandas que operan desde la prisión.
Todas las academias de béisbol venezolanas les pagan un porcentaje a los ‘pranes’. “Al que no paga, lo matan” , aseguran.
Si los pranes se enteran de que se va a firmar a uno de los prospectos, van por su porcentaje de lo contrario recurren al sicariato.
En Venezuela, el béisbol es considerado el deporte nacional.“Unos 6 millones de niños lo practican, es una cifra muy alta”, dijo Aracelis León, presidenta de la Federación Venezolana de Beisbol (FVB), sobre el dato que es similar a la cantidad de niños escolarizados en la nación.
Además de llenar al país de glorias deportivas como Andrés Galarraga o José Altuve, esta actividad se convirtió en un mecanismo de ascenso social, un pasaporte para salir de la pobreza y un negocio millonario que no para de crecer.
La cantidad de prospectos en Venezuela que reciben bonos millonarios se multiplicó por cuatro en solo seis años. De 3 peloteros firmados por más de US$1 millón en 2015, pasó a 16 en 2022. En 2020 no hubo firmas por la pandemia. El 2021 con 14 casos.
Entre el 2 de julio de 2015 y el 15 de enero de 2022, unos 69 jóvenes venezolanos firmaron por más de US$1 millón con alguno de los 30 equipos de la Major League Baseball (MLB) en Estados Unidos, mientras que más de 2.000 —un promedio de 350 por año— han pactado por montos que van de 10.000 a 990.000 dólares. El récord del bono más elevado para un venezolano lo tiene Kevín Maitán, quien recibió US$4,2 millones en 2016. Como entrenador, agente y encargado de una sencilla academia pueden quedarse con 40 % o 50 % del bono en dólares que logre su pupilo. Una docena de expertos, empleados de academias y madres de algunos prospectos entrevistados para esta investigación aseguran que estos son los porcentajes que exigen las academias, lo que les compensa una inversión aproximada de US$10.000 anuales por cada talento.
Las bandas recurren a extorsiones y amenazas. Obligan a acuerdos entre los pranes y las academias. Estas deben pagar entre 3 % y 10 % por cada prospecto que firma.
Después del asesinato de un entrenador, el estadio José Casanova Godoy fue intervenido por el consejo comunal (una instancia de regulación vecinal promovida por el Gobierno), contó uno de los encargados de la instalación deportiva, que no supo explicar cuál fue la razón.
Cuando los pranes exigen un porcentaje sobre la firma de cada pelotero están entrando en una nueva modalidad de negocios. Estos grupos empiezan a incursionar en modalidades más sofisticadas. Si va bien, quieren una parte de ese negocio. Un pedazo de la torta.
Los pranes, en su mayoría ligados a las megabandas, lideran organizaciones de crimen organizado.
En Venezuela funcionan 195 academias registradas en la Asociación Venezolana de Agentes de Beisbol (Avab), y un centenar más que operan de forma independiente. Son organizaciones privadas que se dedican al reclutamiento y formación de niños y adolescentes con potencial para llegar a las Grandes Ligas. También actúan como intermediarios y gestionan la contratación y firma de los prospectos.
Las academias viven amenazas telefónicas, vía WhatsApp, con fotos de la familia, de los hijos. Mandan fotos de armamento, granadas. Los montos que piden suelen ser de 100.000 (dólares) para arriba. La razón es que las academias de béisbol son como cualquier otra empresa o unidad de producción que mueve recursos financieros.
Una organización de Lara estaba bajo asedio, una de las más importantes, entidad que aporta 25 % de las firmas de prospectos de todo el país cada año, de acuerdo con los cálculos de dos agentes entrevistados para el reportaje antes citado.
Academias confirmaron que fueron amenazados y extorsionados, pero prefirieron no hacer comentarios sobre el tema, y pidieron no mencionar los nombres de sus organizaciones.
La mayoría de las nuevas academias fueron creadas después de 2015. En 2018, se constituyó la Avab, con la intención de organizar y proteger a quienes incursionaron en un negocio que comenzaba a canibalizarse. Sin embargo, estas academias funcionan sin controles, ni regulaciones, lo que quizás ha propiciado algunas irregularidades y ha favorecido la acción de los pranes.
Se da un encuentro, que en diciembre de 2021 llegó a su sexta edición, se realiza en un estadio que está dentro de la cárcel. “Eso lo hacen todos los años. Vienen todos los Grandes Ligas, traen de todo y se arman tremendas rumbas”, contó un preso en el proceso de investigación periodístico.
“En diciembre realizan una partida de softbol en el Penal de Tocuyito y van todos los peloteros de las Grandes Ligas de esta zona.”Llevan artículos deportivos a los pranes, algunos se relacionan por miedo, para que no se metan con ellos, para que no los extorsionen. En Tocuyito como tal no funciona ninguna academia, donde funciona es en el destacamento de la Guardia Nacional, pero a los pranes les piden recomendación y ellos sugieren academias.
Un comisario del CICPC en Anzoátegui aseguró que existe una fuerte sospecha de que hay casos de extorsión dentro de las academias de béisbol. “Hemos intentado averiguar, pero no hemos documentado casos que nos permitan verificar esta información. Incluso nos han hablado de extorsiones donde están involucrados funcionarios policiales del mismo cuerpo de investigaciones del Estado”, apuntó el funcionario.
Las víctimas temen denunciar y ser objeto de represalias de los pranes; los propietarios de las academias y su entorno temen poner en riesgo el negocio que les da de comer; y es probable que algunas academias hayan pactado con los pranes (por temor o en busca de seguridad) y pagan en silencio.
No existe un lineamiento claro en la Ley del Deporte sobre este tema. Los agentes y reclutadores de peloteros deben estar registrados en el IND (Instituto Nacional de Deportes), pero muchos no lo están. No ha salido una licencia del IND para las academias. Estas organizaciones pueden asociarse con la Federación, pero ellos tienen la libertad para trabajar dado que son los institutos regionales los que dan los permisos para utilizar los estadios (del Estado). En calidad de asociadas hay unas 50 academias, de las más de 200 en Venezuela.
El 22 de agosto de 2020, un video en el que se veía a cuatro hombres armados que amenazaban al dueño, los empleados y varios prospectos de una de las academias de beisbol más importantes del país se viralizó en redes sociales, y sacudió el ambiente relajado, lúdico y festivo que caracteriza al beisbol venezolano.
La versión de que los hombres del video podrían ser policías o militares por el tipo de armas que exhiben no tiene sustento. En Venezuela los delincuentes y los funcionarios de los cuerpos de seguridad usan los mismos modelos de armas: AK-103, pistolas 9 mm, y los viejos FAL, más comunes entre los grupos de delincuencia organizada.