Si bien es cierto que la sensación que dejan estos Yankees de Nueva York es que nada les hace falta, basta con mirar de cerca el lineup titular para darse cuenta de que hay algo, o mejor dicho alguien, que no da pie con bola. Estamos hablando de Joey Gallo, el eslabón más débil del conjunto y que esta quedando a deber en esta temporada 2022 de las Grandes Ligas.
Hacia él han ido dirigidas las pocas críticas que ha recibido el club por estos días donde todo es alegría y jolgorio, o más bien, hacia el hecho de que a pesar de su mal rendimiento sigue jugando de manera regular. Los fanáticos de los Bombarderos no perdonan, son exigentes y desde ya solicitan la salida del ex de los Rangers de Texas, así como también la llegada de alguien más competente.
Los rumores aprietan
Ante la ola de comentarios negativos acerca del desempeño de Joey Gallo, un nombre ha visitado la luz pública para posicionarse como la principal y favorita alternativa de los seguidores de los Mulos del Bronx para suplirlo: Andrew Benintendi.
Sí, el ex de los Medias Rojas de Boston que actualmente atraviesa un muy dulce momento ofensivo con los Reales de Kansas City es el toletero más piden los yankistas, y no es para menos si tomamos en cuenta sus números en lo que va de la presente zafra.
Este jardinero izquierdo zurdo batea una línea ofensiva de .296/.362/.392, con 3 jonrones, 11 dobletes y 2 triples, así como también 25 carreras impulsadas y 27 anotadas, lo que prueba que está vuelto una verdadera regadera con su madero.
Guerra por sus servicios
El cambio por Benintendi puede ser factible, tomando en cuenta que solo firmó por este año con los Royals y que probablemente no continuará en la franquicia. Sin embargo, ya hay expectación por parte de otros clubes que estarían igual que los Yankees, intentando cazarlo.
En concreto, serían los Bravos de Atlanta y los Azulejos de Toronto los que querrían llevarse al oriundo de Cincinnati. Sin dudas, será una disputa muy interesante la que se gestaría entre este trío de titanes con grandes posibilidades en la campaña en curso. La gran pregunta es; ¿Quién se lo terminará llevando en caso de que abandone Kansas?