Los Yankees de Nueva York han ganado solo dos de sus últimos diez partidos y al momento de escribir este texto, únicamente los Tigres de Detroit registraba peor marca que los Bombarderos del Bronx para esbozar de un modo bien nítido el lienzo de la debacle que se cierne sobre el equipo más emblemático del béisbol.
Y si el registro global de 72-43 aún despeja los temores y ayuda a sopesar el malestar entre la fanaticada, la forma y es muy importante, la forma en todos los órdenes del juego deja mucho que desear.
El peor escenario
Lo pero es que ahora mismo, los Mulos se encuentran en el peor escenario posible, a 2,5 juegos de los Astros de Houston, mirando la tabla general dentro de la Liga Americana y esto condicionaría que, en un hipotético duelo en la Serie de Campeonato, se definiría en el terreno de los siderales.
En este punto los recuerdos emergen bien frescos, en toda su dimensión, 2017 y 2019, Jose Altuve, Aroldis Chapman, esperanza truncada y luego de ver lo ocurrido en esta temporada, con los Astros dominando a placer a los Yankees, sin dudas es lo peor, una pesadilla que parece no acabar, pero no solo eso, ahora mismo, tras el giro radical, luego de la segunda mitad, los Mulos no dan la idea de poder con nadie en postemporada, parece un equipo sin vida y lo que vimos en el primer tramo una especie de espejismo.
Matices
Si bien las bajas sensibles de hombres como Chad Green y Michael King, claves dentro del bullpen, el desplome del cerrador Clay Holmes ha llegado en el peor momento, con un whip de casi 2 y una efectividad superior a 8 carrera limpias.
Hyde y Jekyll, Jekyll y Hyde, la transformación ha sido de total y los números hablan a las claras de lo que sucede, pues en la primera mitad, los Yankees sostuvieron un formidable registro de 64-28 con 5,4 carreras anotadas y un promedio de efectividad colectivo de 3,08, pero después, en apenas 23 juegos llevan forja de 8-15, con 4,3 carreras anotadas y una efectividad de 4,11… un vuelco total a la dinámica de un equipo que parecía destinado ha lograr grandes hitos en esta campaña.
Más que números
No obstante, mirando más allá de números y estadísticas a veces frías, los Yankees no muestran nada de consistencia en el campo, tanto a la ofensiva como en el área de lazadores son más las dudas que las certezas y eso es lo peor.
Ya algunos hablan de oración fúnebre, aquella que nació con Pericles en siglo V ane para rendir homenaje a los caídos en una de las llamadas Guerras del Peloponeso y la analogía viene perfecta pues los Yankees parecen en este minuto un equipo sin alma, sin dirección, prestos a caer en esta nueva batalla, quizás a comienzos mismo de octubre o al final, pero todo apunta hacia ahí, simplemente es cuestión de tiempo.
Tendría que llegar un milagro, otra revolución, con el regreso de Giancarlo Stanton y la buena forma de Aroldis Chapman, habría que ver, por ahora, el panorama es gris con pespuntes negros.