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Los Los Angeles Angels han sumado una pieza interesante a su infield con la firma de Yoán Moncada por un año y $5 millones, un acuerdo que aún está pendiente de una revisión médica. Esta contratación representa tanto un riesgo como una oportunidad: Moncada fue una de las mayores promesas del béisbol hace algunos años, pero las lesiones y la inconsistencia han limitado su impacto en las Grandes Ligas.

Ahora, el pelotero cubano buscará revitalizar su carrera en Anaheim, uniéndose a una plantilla encabezada por Mike Trout y Shohei Ohtani. Con Anthony Rendon lidiando con constantes problemas físicos, Moncada tiene una gran oportunidad de establecerse en la tercera base. Pero, ¿será capaz de aprovecharla?

El ascenso y la caída de Yoán Moncada

En 2016, Moncada fue considerado el prospecto número uno de todo el béisbol, llegando a los Chicago White Sox en el traspaso que envió a Chris Sale a los Boston Red Sox. Sus primeros años en la MLB mostraron destellos de su talento, destacándose especialmente en 2019, cuando bateó para .315 con 25 jonrones, lo que le valió un contrato de extensión de $70 millones con los White Sox.

Sin embargo, a partir de 2020, las lesiones y la falta de consistencia golpearon su rendimiento. En las últimas tres temporadas, Moncada apenas ha logrado un promedio de bateo de .236, con un OBP de .291 y un slugging de .387. Su 2024 fue un desastre total, pues solo jugó 12 partidos debido a una lesión en el aductor izquierdo que prácticamente lo dejó fuera de toda la campaña.

¿Por qué los Angels apostaron por él?

Pese a su declive, Moncada sigue teniendo un perfil atractivo. Su defensa en la tercera base es sólida, y cuando está en plena forma, ha demostrado ser un bateador capaz de producir con consistencia. Los Angels necesitan desesperadamente estabilidad en la antesala, ya que Rendon ha jugado menos de un tercio de los partidos del equipo en las últimas cuatro temporadas debido a múltiples lesiones.

El equipo de Ron Washington espera que el cambio de escenario beneficie a Moncada. En los últimos años, el pelotero cubano ha enfrentado la presión de un contrato grande y las expectativas de ser una superestrella en Chicago. En Anaheim, podría desempeñar un rol menos exigente y enfocarse en recuperar su mejor versión.

Los movimientos de los Angels y el contexto de la firma

La contratación de Moncada es parte de una estrategia más amplia de los Angels en la temporada baja. Durante el invierno, el equipo se ha movido de manera activa para reforzar su plantilla, incluyendo la adquisición del jardinero Jorge Soler y la firma del lanzador Yusei Kikuchi. Sin embargo, aún tienen muchas incógnitas por resolver.

La situación del cuadro interior sigue siendo incierta. Luis Rengifo parece asegurado en la segunda base, pero Zach Neto, el shortstop titular, se encuentra en duda para el Opening Day tras someterse a una cirugía en el hombro. Como respaldo, los Angels firmaron a Tim Anderson con un contrato de ligas menores, lo que añade otra capa de competencia en el infield.

Moncada tuvo interés de otros equipos, como los Blue Jays, Mariners y Cubs, pero finalmente optó por los Angels debido a la oferta económica más atractiva y la oportunidad de jugar con regularidad.

¿Podrá Moncada revivir su carrera?

El reto para Moncada será demostrar que puede mantenerse saludable y recuperar su disciplina en el plato. Su mejor versión es un bateador de contacto con poder ocasional, pero su falta de consistencia ha sido su mayor obstáculo. En 2025, los Angels no solo necesitarán que juegue, sino que aporte ofensiva en un equipo que busca competir en una Liga Americana Oeste cada vez más fuerte.

Si Moncada logra mantenerse en el campo y producir de manera constante, esta firma podría ser un robo para los Angels. Pero si las lesiones y la inconsistencia vuelven a ser un problema, su estancia en Anaheim podría ser corta.

Lo que está claro es que esta será una de las últimas oportunidades para Moncada de demostrar que aún puede ser un jugador relevante en la MLB.

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