Erik González es una de las piezas fundamentales de los Leones del Escogido. Su presencia es necesaria dentro del equipo escarlata. Su bate, su liderazgo, su manera de ser hacen de él una de esas figuras decisoras dentro de cualqueir equipo de Lidom.
Franchy Cordero fue al al estadio y ese día ganaron los felinos. González llegó y también se sintió el chorro de adenalina correr por los pasillos de la cueva roja.
“A veces uno ve a esos peloteros que juegan en esta liga como nosotros y se nota la diferencia y la energía que causa en los peloteros”, dice el criollo.
Aún no está listo, pero le pican los pies y quiere saltar al terreno de juego. “He estado entrenando estos días”, confiesa. “Aún no estoy al 100 por ciento. Esta es una liga exigente y hay que estar al 100 por ciento (de las condiciones), pero ya pronto, a principio de la semana que viene estaré jugando ya”.
El ingreso de González es menester para la tropa que dirige Pedro López. Los Leones han ganado a cuenta gotas y aún no han podido hilvanar siquiera una racha de dos victorias. En la carretera tienen 1-7, en casa 4-3 y su bateo colectivo es de apenas .213. Por eso su bate se necesita.
El año pasado, durante 30 partidos con el equipo escarlata bateó para .266/.322/.303 sin jonrones y nueve remolcadas. Fue uno de los que más anotó, 14 carreras.
“Esta liga no es fácil”, confiesa. “Hay muchas cosas tanto dentro del terreno como fuera del terreno. Dentro del terreno, por ejemplo, es difícil por la cantidad de pitchers que uno ve (en un juego). A veces la preparación aquí no es tan buena como en Estados Unidos, donde uno tiene más tiempo para prepararse”.
También los viajes resultan una piedra de tranca. Y él no es el único pelotero que lo dice. Hace poco, Sandber Pimentel lo comentó y algunos otros también han hablado al respecto. “Se hacen muchos viajes y eso agota”.
Durante el verano, además de estar presente en 16 juegos en las Grandes Ligas con los Marlins de Miami, González estuvo prestando sus servicios con los Jacksonville Jumbo Shrimp (AAA), donde bateó .284 con .336 de porcentaje de embasarse, 4 jonrones, 19 dobles, 38 empujadas y 42 anotadas en 99 juegos.
La manera de batear en el beisbol estadounidense es diferente. “Sí, es completamente diferente a los Estados Unidos”, confirma. “Sobre todo para nosotros que jugamos en el (estadio) Quisqueya porque es muy grande”.
¿González se considera un jonronero?, preguntamos.
“No, para nada”, responde. “Yo trato de coger lo mejores turnos que pueda y dar líenas. Soy un tipo liniero y no importa donde juegue, siempre seré el mismo bateador”.
González estima que la suspensión de juegos no ayuda para nada. “En esta liga tienes que jugar corrido. Eso hace posible que cojas el ritmo”.
Por lo pronto, los Leones viajan este sábado a Santiago para medirse a las Águilas Cibaeñas en el llamado “Valle de la Muerte”. Escogido ya les ganó una vez en esta temporada. Estarán como visitantes y buscando la manera de romper el maleficio de la carretera.
Erik, por lo pronto, se continúa preparando para dar sus líneas tendidas, cuando el mánager lo ponga en el lineup.