Jerar Encarnación se ha caracterizado por dar batazos de largo metraje. En Estados Unidos, entre MLB y las menores, ha conectado estacazos de 430 pies, 450, 411. Por eso cuando le preguntamos sobre ese gran batazo frente a los Tigres del Licey el domingo en el estadio Cibao comenzó una amena tertulia.
“Cuando estábamos ganando 5-3 le dije a los muchachos que no quería batear más”, explica el gigantón cuarto bate de las Águila. “Pero el juego se empató y bueno. Ya tu sábes, entonces se me pegan (Christpher) Morel y (Johan) Camargo me dijeron ‘da ese palo que yo no quiero volver a batear’. También me lo dijo Melky Cabrera. Y con un strike sin bolas, pudimos darle bien a la pelota.
Al momento de ese swing habia dos outs en la pizarra. Era el cierre del noveno. Si se acababa el inning se jugarían entradas extras. Por eso había acabarlo y un hombre con semejante fuerza no podía hacer otra cosa que darle con maldad a la pelota.
“Bueno, había dos outs”, declaró el slugger. “Entré a batear y dije que se lo que Dios quiera. Lo que me tiren yo le hago swing. Yo estaba buscando un pitcheo en la zona, algo que yo podía conectar. Yo iba a batear eso”.
Encarnación ha conectado batazos de largometraje. Muchos de ellos. “Yo he conectado batazos de 459 pies, recuerdo, o 460, más o menos”, enfatiza. Así que para Encarnación no fue sorpresa el descomunal palazo. Me dicen que el mío fue más o menos como de 420 pies”.
Lo bueno del fotachón es que como no tomó los turnos necesarios para culminar el ciclo. “No tengo limitaciones”, contesta. “Acompañaré al equipo hasta donde llegue”.
Si le preguntan sobre si reforzaría al Licey fue muy claro. “Soy un profesional”, destaca. “Y si me llaman de un equipo para reforzarlo lo hago. Este es mi trabajo. Yo era del Licey desde chiquito. Ese equipo era el mío, pero ahora toda mi familia va a las Águilas y ya tú sabes… a darle palos al Licey”.
Encarnación debutó en las mayores con un Grand Slam. Y el primer jonrón en Lidom fue para dejar al Licey en el terreno de juego. ¿Cuál lo emocionó más?
“Ambos batazos”, cuenta. “Los dos serán inolvidables para mío, pero como aquí estamos en mi país, con las Águilas Cibaeñas este es más emocionante. Creo que cualquier pelotero quisiera hacer algo así en el país, en su tierra, un jonrón contra el Licey“.
Encarnación se sintió feliz en su primer clásico. “No hay nada como eso en Estados Unidos”, responde. “Imagínate, como no le habíamos ganado, en ese entonces, al Licey hasta se me frizó el teléfono con tanto mensajes”.
Lo que quiere decir es que hasta los peloteros disfrutan la máximo un clásico como el de Águilas vs Tigres. Allí tienen la voz de un protagonista.