Yoenis Céspedes es una de esas figuras polémicas del beisbol. Quizá por eso no da entrevistas, no habla con los medios. Así lo vendieron, así lo hicieron saber. Pero este domingo rompió el cartón piedra del mito y se dirigió a la prensa en Santo Domingo.
El cubano fue cordial, pero antes de hablar con los medios, Roling Fermín hijo nos dijo claramente que sólo le preguntáramos de beisbol. No había de otra. Puramente beisbol. Al menos tendríamos declaraciones interesantes, porque no podemos negar que lo que dice Yoennis siempre es interesante.
“Yo me divierto más aquí en Dominicana, que en las Grandes Ligas”, dijo el cubano. “En Grandes Ligas esto es un trabajo. Pero aquí, puede que sea un trabajo, pero lo jugamos más con amor”.
Céspedes llegó temprano a los entrenamientos de la pretemporada de los aguiluchos. Y desde que llegó al equipo ha mostrado una disposición tremenda para ponerse en forma y rendir lo que se espera de él.
“Cuando no tengo juego me paro a las 5:00 de la mañana y me voy al gimnasio”, contó. “Con el equipo y con la fanaticada ha sido una experiencia muy bonita. No ha sido fácil, después de casi dos años estoy haciendo los ajustes necesarios para aclimatarme a esta liga”.
El cubano tiene poco que demostrar con su bate. En la máxima categoría del beisbol lo logró. En 2015, por ejemplo, dejó una línea ofensiva de .291/.328/.542, cuando sacudió 35 jonrones y remolcó 135 carreras. Esto aunado a un OPS+ de 136.
“Para muchos las Grandes Ligas es la liga más fuerte, para mí no es así”, afirma con cotundencia. Cualquier lector desprevenido comenzaría a afirmar que el toletero no sabe de lo que está hablando, pero Céspedes, siendo como es, tiene un argumento de peso para soportar su hipótesis.
“Ya yo jugué en Grandes Ligas”, dice. “Para mí esto es más fuerte que MLB porque aquí hoy ves un pitcher y quizá no lo vuelves a ver más en dos semanas. Además ves lanzadores de diferentes categorías en un mismo juego todos los días”.
Para poder rendir sabe que debe trabajar más. “Voy al gimasio todos los días por la mañana”, dice. “Y por la tarde llego al estadio a hacer cosas relacionadas con el beisbol. Eso es algo que yo siempre he hecho, prepararme bien”.
Tocaba preguntar sobre el clásico Águilas vs Tigres. Céspedes jugó en Nueva York, Boston, Detroit ante públicos exigentes. Por eso había que preguntarle sobre qué se siente haber jugado en el clásico dominicano.
“Esta es una rivalidad deportiva”, exclama. “Creo que a cualquier beisbolista le gustaría participar en esa rivalidad y este tipo de rivalidad es buena, porque motiva a los peloteros jóvenes y a los veteranos a hacer las cosas mejor cada día”.
Al comenzar esta semana, el cubano tiene en LIDOM una línea ofensiva de .231/.286/.423 con un jonrón y tres remolcadas en siete juegos. “No es fácil adaptarse a esta liga”, explica. Sin embargo, todo el mundo confia en que mejorará su rendimiento, sobre todo porque hay un motivo que lo mueve a jugar de manera intensa.
“Yo estuve fuera por dos años”, explica. “Pero regresé al beisbol por mi familia. Ellos fueron quienes me convencieron de regresar y por eso lo hago, por mi familia y para demostrarme a mí mismo que sí puedo seguir jugando al beisbol”.
Faltaba poco para el juego. Tocaba la hora de uniformarse. Pero esa forma física es impresionante. Había que preguntarle cuál era el secreto.
“Cuando somos home club me paro todos los días a las 5 de la mañana y me voy al gimnasio”, comenta. “Y trato de cuidar mucho la alimentación. Todos los que venimos de familias latinoamericanas sabemos que allí no se hace dieta, pero a mí me ha tocado aprender a hace dieta y comer saludable“.
Ya había dicho muchas cosas, tantas que poco a poco se fue derritiendo la barrera de la inalcanzable. Allí estaba él, hablando con sinceridad de sus rutinas, del beisbol y de la República Dominicana.