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Todavía no hemos llegado a mitad del año y ya hemos vivido varios lanzamientos desastrosos de distintos juegos. Redfall, The Last of Us Parte I en PC o Star Wars Jedi: Survivor, títulos que de entrada no son nada baratos y cuyo rendimiento ha provocado la ira de muchos usuarios. Es cierto que algunos de ellos han salvado la papeleta sacando parches a posteriori, a veces días después y en otras ocasiones, casi al año.

Es normal que costando entre 70 y 80 euros cada juego, en el caso de no ser ediciones especiales, se espere un producto que cumpla unos mínimos. Mínimo como que se vean bien y no den tirones, incluso sin ser exigente con los FPS, salen títulos a la venta casi injugables como Batman: Arkham Knight.

A raíz de estas decepciones, muchos jugadores se han planteado si no supone un problema el reservar con antelación, para luego encontrarse un juego que ni se acerca a cumplir con unas mínimas expectativas. Incluso en foros como los de Steam, varias personas se han unido para pedir a los demás que dejen de reservar juegos con antelación o incluso a no comprarlos cuando ya se sabe que están ‘rotos’ de lanzamiento.

Otro de los grandes culpables parece ser el Crunch y el querer sacar el juego cuanto antes, ajustándolo a unos plazos inhumanos que provocan tanto el malestar de los propios trabajadores como el de los jugadores que se sienten estafados. La última viene de parte del director de Respawn Entertainment, que tal y como descubrieron algunos usuarios de Twitter, en una entrevista en marzo para IGN, declinó retrasar de nuevo el lanzamiento de Star Wars Jedi: Survivor, asegurando que el juego estaba en perfectas condiciones para salir en la fecha prevista.

Algo que no ha resultado cierto, han necesitado un parche prácticamente de lanzamiento y la promesa de parches futuros. Aunque el daño a la confianza del usuario está hecho. Sin embargo, lo cierto es que en la industria, por ahora, esta supuesta falta de confianza luego no se ve reflejada en las ventas de los títulos. Probablemente también porque muchos son partes de una saga con cierta antigüedad y por la que los jugadores sienten la suficiente nostalgia como para arriesgarse con la siguiente entrega. Tal y como ha pasado con Pokémon Escarlata y Pokémon Púrpura.

Otras voces de la industria señalan hacia los descomunales presupuestos que tienen los juegos triple A. Hay tanto dinero en juego de inversores, que no cumplir la fecha prevista de lanzamiento puede acarrear problemas legales y económicos para el propio estudio, más allá de perder ventas. Incluso esto ha sido objeto de debate sobre si es sostenible en el tiempo tener tantos lanzamientos de juegos triple A al año y viendo los resultados, la balanza se inclina hacia el ‘no’.