Las personas que jugaron Pac-Man en su adolescencia hoy tienen, probablemente, más de 45 años. Fueron de los primeros en adentrarse a los videojuegos y crecieron en un entorno donde los títulos eran con temáticas limitadas. Pero, desde entonces, la industria ha cambiado y el gaming entre generaciones puede traer tantos retos como beneficios.
Así surgió la idea de los juegos intergeneracionales, con la misión de abarcar a todo un espectro etario y que todos los usuarios que quieran estar frente a una consola puedan disfrutar del mismo. Pero todo tiene un riesgo que las marcas deben asumir.
Esta generación tiene en la actualidad entre 56 a 65 años y, aunque se pensaría que es una población poco digital, no hay que olvidar que los videojuegos en su época de jóvenes, justamente estaban destinados a los “geeks”, o amantes de la cultura tecnológica.
Muchas personas de esta generación actualmente son padres y madres de jóvenes o adolescentes, pues tienen entre 55 y 41 años. Ellos fueron, probablemente, de las primeras personas en conocer los juegos en línea y los avances de la tecnología.
Por eso mismo, muchos estudios evalúan pisar el acelerador con videojuegos que puedan ser disfrutados tanto por esa generación, ya adulta, como por la de los jóvenes que hoy que están acostumbrados a los avances en la materia y a la industria que no para de crecer.
Shooters, juegos de aventura y juegos de simulación y gestión son los más elegidos por los miembros de esta generación, aunque según encuestas, muy pocos están dispuestos a pagar por ellos, ya que solo los ven como un ocio ocasional. Esto abre una problemática sobre cómo encarar el tema para las empresas.