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El duelo de octavos de final entre México y Estados Unidos en el Mundial Sub-20 femenino de Colombia promete ser uno de los enfrentamientos más disputados de la ronda, con dos selecciones llenas de talento joven y proyección internacional. Ambas plantillas destacan por tener jugadoras en ligas de élite y una mezcla de juventud y experiencia que podría ser clave en el partido.

México: Fortaleza en la portería y dinamismo ofensivo

México llega con una sólida base defensiva, especialmente en la portería, donde Mariangela Medina se perfila como una jugadora crucial gracias a su experiencia en la liga universitaria de Estados Unidos y su imponente presencia física (186 cm). Su seguridad bajo los tres palos podría ser un factor clave para mantener la defensa mexicana en orden, especialmente ante la agresiva ofensiva estadounidense.

La zaga mexicana cuenta con jugadoras versátiles como Natalia Colín Ruiz (172 cm), una defensora con velocidad y solidez para cerrar espacios, y Michel Fong, que a pesar de su pequeña estatura, destaca por su capacidad para anticipar jugadas. El equipo cuenta con una buena mezcla de defensoras que pueden adaptarse tanto a situaciones de juego aéreo como a enfrentamientos en el uno contra uno.

En el medio campo, México tiene a jugadoras con gran capacidad de distribución y recuperación como Alejandra Lomelí, quien será clave para conectar con las delanteras. Además, Alice Soto y Valerie Vargas añaden creatividad y despliegue físico, lo que podría generar desequilibrio en el equipo de Estados Unidos.

En cuanto a la delantera, Tatiana Flores Dorrell (176 cm) será una de las armas más peligrosas. Su habilidad en el juego aéreo, combinada con la velocidad de Paola García, ofrece a México varias alternativas ofensivas. La presencia de jugadoras que militan en equipos de Estados Unidos como Maribel Flores y América Frías también proporciona a México un conocimiento del estilo de juego norteamericano, lo que podría ser una ventaja estratégica.

Estados Unidos: Talento en todas las líneas

Por otro lado, Estados Unidos presenta una plantilla que combina jugadoras con experiencia en ligas universitarias y en clubes profesionales de la NWSL. La portera Teagan Wy (177 cm) y la sólida defensa liderada por Jordyn Dudley (180 cm) garantizan una base física importante para controlar el área y dominar el juego aéreo, una faceta donde podrían superar a México.

La defensa de Estados Unidos es un bloque compacto y con altura, con jugadoras como Elise Evans y Savannah King que aportan solidez y capacidad para salir jugando desde atrás. La versatilidad de Gisele Thompson como lateral rápida podría ser clave para frenar los desbordes de las atacantes mexicanas.

El medio campo de Estados Unidos tiene jugadoras de gran despliegue físico como Claire Hutton y Riley Jackson, quienes destacan por su capacidad para controlar el juego en ambas áreas. Hutton, con apenas 17 años, ya es una de las promesas más brillantes del fútbol femenino y su capacidad para recuperar balones será esencial para cortar las transiciones rápidas de México.

En ataque, Estados Unidos tiene a jugadoras con gran capacidad para generar peligro, como Ally Sentnor y Pietra Tordin, quienes no solo aportan gol, sino también una constante amenaza con sus movimientos sin balón. La altura de Tordin (167 cm) y la potencia de Madeline Dahlien (175 cm) en el ataque aéreo podrían complicar a la defensa mexicana.

Análisis y proyección

El encuentro entre estas dos selecciones se perfila como uno de los más parejos de los octavos de final. México dependerá mucho de su organización defensiva y de la capacidad de sus mediocampistas para cortar el juego físico de Estados Unidos. La portería mexicana, con Mariangela Medina, podría marcar la diferencia si logra detener el juego aéreo estadounidense.

Estados Unidos, por su parte, tiene un plantel físico y organizado que buscará dominar desde el medio campo y aprovechar las jugadas a balón parado, donde su altura podría ser una ventaja. Las norteamericanas también tienen una mayor profundidad en su banquillo, lo que les permitiría mantener un ritmo alto durante los 90 minutos y aprovechar cualquier desgaste en el equipo mexicano.

Pronóstico

Si México consigue controlar el mediocampo y evitar que Estados Unidos imponga su juego físico, podría tener oportunidades de avanzar, especialmente si su delantera aprovecha las transiciones rápidas. No obstante, la altura y el poderío físico de las estadounidenses les otorgan una ligera ventaja en este enfrentamiento. Estados Unidos tiene más probabilidades de avanzar a cuartos de final, pero será un partido muy disputado.