El fútbol español se paraliza este sábado con uno de los duelos más esperados del año: Barcelona y Real Madrid se verán las caras en el Estadio de La Cartuja en la final de la Copa del Rey 2024/25. Dos gigantes históricos con trayectorias muy distintas en el torneo se enfrentan por el título, y lo hacen con mucho más que un trofeo en juego. Mientras el Barça de Hansi Flick ha llegado a la final a base de contundencia ofensiva y superioridad aplastante, el Real Madrid de Carlo Ancelotti ha sobrevivido a base de garra, remontadas y momentos de pura épica. Una final entre estilos, entre presentes que chocan y pasados que siempre pesan.
Un camino demoledor: El Barcelona de Flick impone su ley
Desde el primer pitido en el torneo copero, el FC Barcelona ha dejado claro que su ambición va más allá del simple protagonismo. Bajo la dirección del alemán Hansi Flick, los azulgranas han desplegado una ofensiva letal que les permitió golear en cada ronda, con excepción del ajustado desenlace ante el Atlético de Madrid.
Su estreno fue en tierras aragonesas, donde no tuvo contemplaciones con el modesto Barbastro: un 0-4 sin fisuras que sirvió para encender la mecha del vendaval ofensivo. Eric García, Lewandowski (doblete) y Pablo Torre firmaron la primera exhibición.
En octavos, el Betis fue la siguiente víctima. El equipo de Pellegrini apenas resistió media hora ante el poderío ofensivo del Barça. Gavi y Koundé marcaron temprano, y en la segunda mitad Raphinha, Ferran y Lamine Yamal completaron una goleada de 5-1. Vitor Roque descontó desde el punto penal ya sin peso en el marcador.
El siguiente escenario fue Mestalla, donde el Barcelona aplastó al Valencia por 0-5 en media hora con un triplete del exche Ferran Torres y goles de Fermín y Lamine. Otra actuación sin fisuras.
Pero las semifinales trajeron algo más de resistencia. En el partido de ida en Montjuïc, el Atlético de Madrid tomó ventaja temprana con goles de Julián Álvarez y Griezmann. Sin embargo, el Barça remontó con goles de Pedri, Cubarsí, Íñigo y Lewandowski, aunque los rojiblancos empataron sobre la hora con tantos de Llorente y Sorloth.
En la vuelta, en un Metropolitano encendido, un solitario gol de Ferran Torres bastó para que los culés sellaran su pase a la gran final.
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Una travesía de sufrimiento: El Real Madrid sobrevive al límite
La ruta blanca hacia Sevilla estuvo marcada por el drama. Tras un estreno tranquilo ante la modesta Deportiva Minera (0-5), donde Valverde, Camavinga, Arda Güler, Modric y el propio turco sellaron la victoria sin esfuerzo, todo se volvió cuesta arriba para los de Ancelotti.
En octavos de final ante el Celta, el Madrid parecía tenerlo controlado con goles de Mbappé y Vinicius. Pero una desconcentración final llevó al 2-2 tras goles de Bamba y un penalti de Marcos Alonso, que forzó la prórroga. Allí, Endrick con un doblete y Valverde reimpulsaron al conjunto blanco para cerrar un 5-2 sufrido.
Peor fue ante el Leganés, en Butarque. Modric y Endrick pusieron el 0-2, pero los locales empataron. Sólo un gol del joven Gonzalo García en el tiempo añadido evitó la catástrofe y aseguró el pase a semifinales (2-3).
En la penúltima ronda del torneo, el Real Madrid pareció encarrilar la eliminatoria al ganar en Anoeta por la mínima con un gol brillante de Endrick. Pero en el Bernabéu, todo fue distinto: Barrenetxea y un autogol de Alaba pusieron a la Real Sociedad por delante. Endrick empató, pero los donostiarras siguieron luchando. Tchouaméni y Bellingham pusieron el 3-2, hasta que Oyarzabal logró un doblete agónico para forzar el alargue.
Cuando parecía que todo se decidiría desde los once metros, apareció Rüdiger con un cabezazo en el minuto 116 tras un córner de Güler. Otra remontada, otra épica, otra noche blanca al borde del abismo.
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— Real Madrid C.F. (@realmadrid) April 25, 2025
Un pulso final entre dos filosofías
Mientras el Barcelona ha construido su camino hacia la final con solvencia y protagonismo, sin titubeos en ataque y con una plantilla que respira confianza, el Real Madrid llega curtido en batallas, habituado a convivir con la presión y rescatado por sus individualidades y su fe inquebrantable.
Ambos llegan tras haber sido puestos a prueba. Flick ha consolidado un bloque joven y ofensivo, con nombres como Ferran, Lamine Yamal, Lewandowski y Pedri brillando en los momentos clave. Ancelotti, por su parte, ha echado mano de su experiencia para mantener la calma y ajustar un equipo que se niega a rendirse, donde Endrick ha sido figura determinante pese a su corta edad.
Antecedentes, tensión y una cita con la historia
Esta final no solo representa una nueva entrega del clásico español, sino que también suma el cuarto enfrentamiento de la temporada entre ambos. Hasta ahora, el balance favorece al Barça, con dos victorias contundentes en los primeros cruces. El Madrid, en cambio, buscará revancha en el mejor escenario posible: una final con gloria en juego.
Además, este encuentro servirá como antesala de lo que puede ser el partido más decisivo de La Liga el próximo 11 de mayo en Montjuïc. Ambos equipos aún están en la lucha por el título doméstico, y este clásico copero podría marcar un punto de inflexión psicológico.
Solo puede quedar uno
La Copa del Rey ya tiene a sus protagonistas. Barcelona y Real Madrid, viejos rivales y símbolos del fútbol español, se miden en una final que promete emociones, goles y drama. La Cartuja será testigo del choque entre un equipo que ha arrasado a su paso y otro que ha sobrevivido a cada asalto con coraje. Dos estilos, dos trayectorias, un solo campeón. El espectáculo está garantizado.