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Muchos equipos ponen varias fichas a las competiciones europeas, pero pocos lo hacen tanto como el París Saint-Germain. El conjunto francés gasta millones en cada mercado de pases para poder lograr la tan ansiada “Orejona”. Ya no importa cuántas veces gane la liga local, sino que el interés de los dueños qataríes es la Champions League, aquella que hace unos años se le escapó en la final, justamente ante su rival de hoy.
Bayern Munich dio la sorpresa y venció en la ida de los octavos de final de la máxima competición europea a los galos en su propio estadio. Con un gol de Kingsley Coman en el comienzo del segundo tiempo (con complicidad de Donnarumma), se acercó a los cuartos de final de cara a la vuelta en Baviera.
No fue el comienzo esperado para el PSG. En Parque de los Príncipes y con su gente, parecía que estaba ejerciendo de visitante. Arrancó quedado e inconexo, esperando su oportunidad para un contraataque fugaz. La pelota se le esfumaba de los pies a los parisinos como si nada. Mientras, los bávaros pisaban fuerte en París. De hecho, Choupo-Moting avisó de entrada con un remate de media distancia que se fue pegado al palo de Donnarumma.
El trámite se volvió aburrido porque los alemanes no tuvieron ideas ni rebeldía y porque a Messi le quedó demasiado lejos el arco rival. El rosarino ya no es un futbolista que puede ganar solo un partido en corridas memorables. Está claro que, por la edad, la Pulga necesita de una segunda guitarra para brillar. Sí, podríamos decir que, desde hace bastante, cada vez que juega en Francia extraña a la Scaloneta.
El Paris Saint-Germain salió más decidido al complemento. Se adelantó un poco en la cancha y logró amenazar al Bayern, pero sin mucho éxito. Igual poco le duró el buen pasar: a los 53′ apareció el 1-0 bávaro en los pies de Kingsley Coman. Sí, el mismo que salió de Camp des Loges, se fue por la puerta de atrás y fue verdugo en la final de Champions en Lisboa 2020.
Así, si bien el conjunto parisino fue en busca del empate y, en cierta medida, lo mereció, pecó de inoportuno porque esa intención debió haberla mostrado desde el comienzo. En cambio, regaló una mitad y ahora deberá redoblar esfuerzos para ganar si o si en en el Allianz Arena de Munich si quiere seguir en carrera en el torneo que más le importa a la directiva