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Con la ausencia en los Juegos Olímpicos y una posición preocupante en las eliminatorias para la Copa del Mundo, Brasil se enfrenta a una crisis en el fútbol que incluye una serie de malos resultados y tensiones internas en la federación del país.

La afición del fútbol brasileño suma más decepciones cuando la selección no logra clasificar para los Juegos Olímpicos de 2024 en París, tras una derrota ante su archirrival Argentina. Este revés llega en un año tumultuoso que ha visto una serie de malos resultados, la falta de un entrenador y tensiones políticas en la federación del país.

La pérdida en la clasificación olímpica se suma a las preocupaciones ya existentes, ya que Brasil ocupa el sexto lugar en las eliminatorias sudamericanas para la Copa Mundial de 2026. La ausencia del máximo astro, Neymar, debido a una seria lesión en la rodilla desde octubre, ha dejado al equipo en una posición vulnerable.

Las esperanzas de los fanáticos se centraban en el joven delantero de 17 años, Endrick, próximo fichaje del Real Madrid, para brindar optimismo durante la fase clasificatoria olímpica. Sin embargo, sus dos goles en siete partidos no fueron suficientes para impulsar a Brasil hacia la clasificación, ya que Argentina se destacó con cinco goles del mediocampista Thiago Almada.

Aunque el torneo olímpico de fútbol suele presentar a jugadores menores de 23 años y carece del mismo prestigio que la Copa del Mundo, la ausencia total sigue siendo un golpe al orgullo de muchos brasileños. La atención se centra ahora en la joven estrella Endrick y su capacidad para liderar la ofensiva junto a Vinicius Jr. y Rodrygo en la Copa América.

Mientras tanto, la selección senior de Brasil, programada para volver a la acción en marzo en amistosos contra Inglaterra y España, enfrenta serias preocupaciones sobre su forma actual. El último año ha sido testigo de una derrota en casa en las clasificatorias para la Copa del Mundo, así como cambios en la dirección técnica y tensiones internas en la federación.

La situación se agrava con la crítica a la gestión de la federación y la decisión de no contratar al entrenador Carlo Ancelotti, llevando a la contratación tardía del nuevo entrenador Dorival Júnior. Este periodo tumultuoso plantea desafíos significativos para Brasil, y el retorno a la grandeza parece estar en un horizonte distante.

A pesar de la desilusión actual, algunos observadores señalan que anteriores equipos que no calificaron para los Juegos Olímpicos contaban con futuras estrellas que luego triunfaron en la Copa del Mundo. No obstante, la presión recae sobre los actuales jugadores para demostrar que esta eliminación no afectará negativamente su futuro y que pueden sacar al equipo senior de la crisis actual.