Después de no poder lograr durante décadas el título olímpico, aún siendo de las mejores selecciones del mundo, Brasil está viviendo una dulce racha en los Juegos. Tras ganar su primer oro, nada menos que en su casa en Río 2016, ahora volvió a meterse en la final tras derrotar a México (campeón en Londres 2012).

El partido fue realmente muy trabado y parejo. Ninguno quería ceder oportunidades al rival y se pensaba más en el arco propio que en el contrario. Brasil intentó llegar al área grande de los mexicanos de la mano del experimentado futbolista Dani Alves, con el que intentaron el juego aéreo.

México también tuvo algunas oportunidades por aire que no rindieron muchos frutos, pues los defensas contrincantes no perdieron la concentración, y su altura los benefició en toda ocasión. Las acciones del primer tiempo terminaron con un potente disparo de Uriel Antuna frente al área, pero su remate fue casi a los guantes del arquero, quien no tuvo problemas con detener el balón

El segundo tiempo tuvo la misma tónica, con aproximaciones a los arcos aisladas (un remate de Richarlison que pegó en el poste) y sin ningún dominador claro del desarrollo del juego. Por eso, el partido se extendió hasta los tiempos extras por la falta de goles en ambos equipos.

En la definición por los penales, sí hubo diferencia. Brasil acertó los cuatro intentos que realizó, mientras que los mexicanos fallaron en los remates de Aguirre y Vázquez. De esa forma, los últimos ganadores del oro olímpico buscarán repetir la cosecha ante el ganador del duelo entre España y Japón. México, por su parte, irá en busca del bronce ante el perdedor de dicho duelo.