Algunos dirán que no hay revancha cuando hay un título de por medio: el pulso del sábado, por la FA Cup, lo ganó Leicester y eso dejaba herido al Chelsea. Pero por la Premier se reeditó el duelo en Stamford Bridge y el resultado dejó herido al equipo de Brendan Rodgers de la cara a la Champions League.

Chelsea dominó, por momentos se lució e hizo ver mal a su rival, en una victoria 2-1 que debió ser más larga pero que alcanzó para poner en riesgo el cupo al torneo europeo, con Liverpool al acecho ante cualquier error de Leicester.

En Stamford Bridge la historia arrancó con una celebración en vano de Timo Werner a los 21, una salida impecable, a un toque desde campo propio, un centro preciso… pero al menos medio metro de ventaja sacaba el alemán, que desataba la emoción y la rabia al tiempo en las tribunas, felizmente pobladas por varios miles de fieles hinchas.

Vardy, en modo Vardy, enviaba por encima un intento de taco a los 25 que, de entrar, era desde ahora el gol del año. Así como el doble intento de Mount, definiendo de media vuelta, para que al 27 se le escapara apenas por arriba el gol al Chelsea.

Y Entonces volvía la sal de Werner, otra vez anulaban la jugada de gol de Werner cuando el reloj del juez marcaba gol, pero el VAR descubría que le pegaba la pelota en la mano al atacante. Segundo strike del atacante. Y tremendo dolor de cabeza de Tuchel, quien tuvo que autorizar el cambio e Kanté, el eje del medio campo, por petición del propio francés. ¡Justo ahora!

Volvía a enviarla muy arriba Mount a los 36 y a los 42 metía un centro divino que se le escaba a Pulisic. ¿Creíste, Manchester City, que va a ser fácil la final de la Champions League? ¡Toma nota!

Habría que esperar al complemento para celebrar por fin el merecido tanto, obra de Rudiger en un cobro de tiro de esquina, a los 47 minutos. Y seguía derecho el local, en una de las pocas que le salió bien al bueno de Werner: a los 66 sufrió una falta en el área, la descubrió el VAR y Jorginho lo cambió por para el 2-0.

Parecía que se confiaba Chelsea cuando, a los 76, dejaban muy libre a Iheanacho, quien solo tuvo que encarar a Mendy y castigarlo para el 2-1. Y se encendía el juego de nuevo para el cierre, pero sin hacer notorio el cambio en el marcador.

El tiempo se acabó y la tabla ahora luce así: Chelsea es tercero, con 67 puntos, uno más que Leicester, que ahora tendrá que ir a jugarse la vida contra Tottenham en la última fecha para defender el cupo a Champions, con Liverpool ahí (63), esperando el error. La Premier, que siempre, siempre, te reserva un regalo al final.