Nadie puede negar que Gerard Piqué pertenece a la época dorada del FC Barcelona, junto a otros tantos futbolistas entre los que destacan Lionel Messi, Andrés Iniesta, Carles Puyol y por supuesto, el actual entrenador del equipo, Xavi Hernández. Sin embargo, en los últimos tiempos ha ido perdiendo protagonismo y eso se está viendo particularmente remarcado ahora, con la llegada al banquillo de quien fue en el pasado su compañero sobre el césped.

En 3 partidos de LaLiga que ha disputado hasta ahora el cuadro blaugrana, el defensor central que fue campeón de Europa y del mundo con la selección de España no ha podido salir como titular en ninguno de ellos. Esto seguramente es muy doloroso para un hombre acostumbrado a ser figura indiscutible, pero que ahora mismo atraviesa su momento más oscuro como jugador activo.

El peso de los calendarios

A los 35 años de edad parece que el tiempo le está pasando factura a un Piqué que se está viendo relegado a ser sustituto de Eric García, Ronald Araújo y Andreas Christensen. Los años pasan y también pesan, y los 3 zagueros antes mencionados son sin lugar a dudas, mejores que Gerard a día de hoy en diversos rubros de las tareas propias de la posición que desempeñan.

Ni siquiera su estrecha amistad con el entrenador le salva a un futbolista que no solo se encuentra en horas bajas desde el punto de vista deportivo, sino personal. En medio de un mar de críticas y señalado como principal responsable de su ruptura amorosa y conyugal con la famosa cantante colombiana Shakira, Piqué no parece dar pie con bola.

El punto final

Incluso la llegada de Jules Koundé, quien hasta el momento ha sido empleado mayoritariamente como lateral derecho, lapida las esperanzas de un Gerard que cada vez luce más aislado de la posibilidad de volver a arrancar desde el inicio con el club de sus amores.

Tras la victoria ante el Real Valladolid por marcador de 4×0 en la más reciente fecha de LaLiga, el director técnico Xavi Hernández habló sobre la situación:

“Intento ser honesto y claro con la plantilla e intento poner al que está mejor. Decido yo. Van a jugar. Están muy bien. Lideran el vestuario, animan, aceptan con humildad la situación, pero la tienen que cambiar. Pueden ser muy importantes. Van a participar y jugar”.