Las Eliminatorias Mundialistas de Concacaf siempre fueron una de las más difíciles del mundo. Pero hace décadas, cuando la cantidad de participantes en la Copa del Mundo era de apenas dieciséis países, los clasificatorios eran mucho peor: solo un representante de la región acudiría al evento.

Esto abre las puertas a una de las historias más curiosas y recordadas de los Mundiales, ya que para la edición de 1974 disputada en Alemania, el representante de Concacaf fue nada más y nada menos que Haití, la pequeña nación vecina de Dominicana.

Corría el año 1973 y, justamente en Puerto Príncipe, capital del país, se iba a disputar el VI Campeonato de Naciones de Concacaf, que también servía como Hexagonal final para clasificar al ganador a Alemania 1974. Si bien Haití esperaba hacer un buen papel por ser local, lo cierto es que contaban con un equipo amateur que jugaba íntegramente en la liga haitiana.

El resto de los equipos eran México (que había eliminado a Estados Unidos y Canadá en la ronda norteamericana), Honduras, Guatemala (ganadores de la zona centroamericana), Antillas Holandesas y Trinidad y Tobago (vencedores de la zona caribeña junto con el local).

Pero la sorpresa no tardó en aparecer y Haití logró la clasificación con una jornada de anticipación, ya que venció a Antillas (3-0), Trinidad y Tobago (2-1), Honduras (1-0) y Guatemala (2-1) para redondear un puntaje perfecto. No importó la derrota ante México (0-1) en el último partido. La historia ya estaba escrita.

La llegada de Haití a Alemania causó revuelo. Realmente lo jugadores caribeños vivían un sueño y eran una de las atracciones principales entre las grandes figuras que llegaban a la cita con el objetivo de ser campeones. Según recuerdan los jugadores, muchos fanáticos descubrieron en ese momento que había un país llamado Haití.

En cuanto a lo estrictamente deportivo, la diferencia de jerarquía respecto a sus rivales se iba a notar. Pero los haitianos, que para ese entonces contaban con su mayor figura Emmanuel Sanon como único futbolista jugando fuera de su país (recién arribaba al Beerschot belga), iban a tener el apoyo incondicional de toda Alemania cada vez que tocaban el balón.

Así, disputaron su primer partido ante Italia, uno de los favoritos y que llegaba con su arquero Dino Zoff ostentando un récord de once partidos sin recibir goles. Pero el primer tiempo finalizó sin goles y Haití crecía en confianza. Más aún cuando recién comenzado el complemento, Phillipe Vorbe le dio un pase filtrado a Sanon y este venció a Zoff para no solo poner en ventaja a Haití, sino para que el “imbatible” arquero frenara su racha justamente ante ese país desconocido.

Finalmente, Italia daría vuelta el resultado rápidamente y ganaría 3-1 pero todo el mundo se fue satisfecho por lo hecho por Haití. Lamentablemente no se pudo repetir, ya que en el segundo partido Polonia los venció 0-7 con cinco tantos en el primer tiempo y luego Argentina haría lo propio por 1-4, aunque allí Sanon se volvería a dar el gusto de convertir otro tanto.

Justamente, esos dos goles son recordados por los haitianos como una de las gestas deportivas más importantes del país. Incluso, le permitieron superar a Bulgaria y Zaire en la clasificación general para no quedar últimos, sino decimocuartos entre dieciséis. Mucho mejor de lo que esperaban.

Haití estuvo más cerca de clasificar a Rusia 2018 ya que avanzó después de mucho tiempo a la segunda ronda de las Eliminatorias, la que da pasaje al Hexagonal final. Pero no alcanzó. Sí pudo darse el gusto de estar en la Copa América Centenarios disputada en Estados Unidos, como impulso para una nueva generación de futbolistas que, quien sabe, quizás puedan repetir a gesta de los héroes de Alemania.