Your browser doesn’t support HTML5 audio
Muchos comenzaban a invocar a los fantasmas del año 2002, cuando en aquella edición de Corea y Japón, la selección de Argentina se quedaba eliminada en plena fase de grupos, habiendo llegado con el listón de principales candidatos, y al final les tocara observar desde lejos como Brasil era el que se llevaba los honores.
En aquel entonces, se ganó el primer partido ante Nigeria, y con todo y esto, no les alcanzó para acceder a los octavos de final, valga decir en un complicado grupo donde también estaban la Inglaterra de David Beckham y Michael Owens, así como la escuadra de Suecia.
20 años después, llegan de nuevo con el mismo cartel de favoritos, pero ese tropiezo ante Arabia Saudita parecía que lo iba a estropear todo de nuevo y de paso poniéndole fin a una larga racha de partidos sin perder, estando al mando del DT Lionel Scaloni.
Sin embargo, ellos sabían que no era la primera vez que un conjunto que caía derrotado en su primer partido se lograra levantar e incluso trascendido hasta llegar a alcanzar el campeonato, o al menos llegar a la final del evento; en efecto, se han levantado y con sus victorias ante México y Polonia han ganado el grupo C y al mismo tiempo, envían un contundente mensaje.
Al ser muy posiblemente el último mundial de Lionel Messi, estos jugadores no iban a permitirse quedarse solo en la fase de grupos, y ahora parecen tomar un segundo aire que los puede catapultar hacia donde la mayoría los ha proyectado, que no es otro sitio que no sea las instancias finales de esta máxima justa futbolística.
El propio Scaloni luego del partido se mostró algo cauteloso, sabiendo que aún no han ganado nada y que por el contrario, aún tienen mucho que recorrer; además, existe la preocupación del estado físico de Ángel Di María, que debiera salir en el segundo tiempo ante los polacos por molestias en su aductor.
Pero más allá de esta preocupación, se le llegó a consultar sobre si consideraba que Messi debía jugar todos los minutos de esta competición, y de inmediato ha respondido de forma tajante: “Leo va a jugar todo lo que el quiera y saldrá solo cuando él mismo lo pida”, mostrando el nivel de confianza que mantiene hacia el astro argentino.
Las celebraciones a este minuto se mantienen en toda la nación sureña, y fuera de ella también; esto incluye a los miles de seguidores que se han acercado al país anfitrión del mundial, ahora estando algo más tranquilos cuando saben que tendrán unos días más para seguir alentando a su seleccionado. Australia será el próximo rival a vencer en los octavos de final.